Friday, que así se llama la canción de Black -de 13 años-, requirió que su madre invirtiera 1.400 euros para pagar la grabación y el rodaje del videoclip, que corrieron a cargo de la productora Ark Music Factory.
No ha habido gastos de marketing, publicidad o giras. El vídeo fue subido a YouTube, el tema se puso a la venta en iTunes, y en diez días la joven tiene un millón de euros de ganancias en su cuenta corriente, según recoge Hollywood Life.
La tienda musical de la compañía Apple entrega a Black unos 50 céntimos de euro por cada descarga, y el total de ventas ha superado los dos millones en apenas dos semanas, toda una sensación.
Pese a que el bullying de la joven en Internet ha alcanzado extremos, con insultos y amenazas por doquier, lo cierto es que la jugada le ha salido perfecta a Black, que ha conseguido sus correspondientes -y deseados- 15 minutos de fama acompañados de un torrente de dinero.
Y no es la única beneficiada de la situación. YouTube recauda, según recoge la revista Forbes, un dólar por cada 1.000 visitas al vídeo, y de esas ganancias un 68% le corresponden a Ark Music Factory. ¿A cuánto asciende esa cantidad? Nada menos que a 14.000 euros, diez veces más de lo que costó la realización de videoclip.