El recién nacido puede evacuar blando cada vez que come y aquellos alimentados a pecho exclusivamente pueden hacerlo una vez a la semana, sin esfuerzo, ni dolor, siempre y cuando sean de consistencia blanda. No pasa lo mismo con lactantes menores, mayores, preescolares y escolares de quienes debemos esperar, al menos, 3 evacuaciones semanales.
Hay niños que evacúan diariamente, pero hacer evacuaciones de heces como piedras, pepitas, que ameritan gran esfuerzo para su exoneración, que producen dolor y/o son de escasa cantidad, así que ese niño, a pesar de evacuar a diario debe ser catalogado corno estreñido.
Los Culpables. En el niño hay dos grandes causas de estreñimiento, como son los desórdenes funcionales y orgánicos; dentro de estas últimas la más importante a descartar es la enfermedad de Hirschsprung, o megacolon congénito, en ocasiones con base hereditaria y con una frecuencia de 1 por cada 50 niños. Entre otras causas orgánicas están las endocrinas, metabólicas, estenosis por compresión extrínseca, neurológicas, medicamentosas y secuelas quirúrgicas, las cuales representan el 5 por ciento de los pacientes que consultar por estreñimiento.
El 95 por ciento restante consulta por estreñimiento funcional, sin causa orgánica detectable y comprenden la disquecia en el niño menor de 6 meses, la constipación funcional en menores de 5 años y la retención fecal debido a experiencias dolorosas durante las evacuaciones previas.
Cuando el niño va al baño y siente dolor durante la exoneración de heces duras y secas, le da miedo que se repita el episodio de dolor y comienza a retener para no experimentarlo, estableciéndose un círculo vicioso de sanas de evacuar, dolor, retención, con heces cada vez más voluminosas y secas que perpetúan el ciclo, por lo tanto hay que eliminar el dolor. Para ello hay que instaurar un tratamiento laxante que mantenga las heces blandas, curar las fisuras a base de pomadas antihemorroidales y anestésicos locales, si se produjeron, eliminando el dolor y por ende, el miedo a evacuar.
No Basta la Dieta. El problema es que los padres no consultan a tiempo y sus niños arrastran el estreñimiento tratando de cumplir dietas de alto contenido en fibra y agua, difíciles de mantener en el tiempo. El estreñimiento crónico no cede sólo con dietas, ha de ser tratado con laxantes, determinar la causa, educar al paciente y a su familia en la adquisición del hábito intestinal y nutricional. Hay síntomas constitucionales y signos de alarma que nos deben hacer pensar en causas orgánicas como son el déficit ponderal, la poca ganancia de peso y talla, la aparición abrupta del estreñimiento, la escasa respuesta a un tratamiento adecuado, la presencia desde el nacimiento, o en el momento de la ablactación.
Si el estreñimiento es funcional, por lo general, son niños sanos con buena curva de peso y talla, apetito conservado, pero que no pueden evacuar. No se puede culpar totalmente a la comida rápida, que tanto les gusta a los niños, pero una comida balanceada hace un hábito intestinal mucho más acorde con la edad y las costumbres infantiles.
Una causa de estreñimiento funcional en el niño se establece cuando las madres y/o en las escuelas quitan el pañal antes de tiempo y obligan al niño a establecer un control de esfínter anal para el cual no está neuróticamente maduro. El niño comienza a retener las heces y a rechazar el uso de la bacinilla, o poceta, estableciéndose una conducta de retención que desencadena la formación de heces voluminosas y secas, que luego al ser evacuadas, producirán dolor generando el temido círculo vicioso ya descrito.
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