Arvelo Caamaño hizo un recuento antropológico sobre el papel que ha jugado el hambre, la nutrición y la alimentación en las diferentes religiones, a través de los tiempos y los pueblos.
Explicó, a través de imágenes, como las diferentes culturas y los pueblos han tratado el tema del hambre, de los dioses, la agricultura, la pesca, la caza y la cosecha, desde el hombre de la caverna hasta el cristianismo.
Su discurso abarcó el papel que tienen el hambre y la alimentación en las tradiciones importantes como son: la América precolombina, Asia, Europa, el Medio Oriente, incluyendo el Islán, el judaísmo, confucionismo, el taoísmo, sintoísmo, el hinduismo, y el cristianismo.
Destacó la importancia que las distintas tribus le han asignado al cultivo de la tierra. Sobre el cristianismo subrayó las veces que Jesús habló del pan y de cómo maldijo la higuera al no encontrar fruto en ella.
Dijo que cada individuo debe comprometerse a luchar contra el hambre, en primer lugar, tomando conciencia, y en segundo, asumiendo responsabilidades personales, comenzando por evitar desperdicios.
"La FAO calcula que el año pasado la humanidad dejó sobre la mesa y tiró a la basura 1300 millones de toneladas de alimentos en perfecto estado. Evitar este despilfarro no nos cuesta nada, por el contario, obtenemos beneficios de inmediato, para el estómago y el bolsillo".
Recomendó a los presentes tomar algunas medidas para evitar el desperdicio de alimentos "calcular lo que cocinamos, medir las porciones que nos servimos, apoyar las cadenas de producción responsables y sostenibles, comprar en mercado de productores, preferir la producción local y de temporada, comer primero lo que se vaya a dañar y promover los huertos escolares y familiares"..