De acuerdo con la Academia Americana de Optometría, en Estados Unidos cada año tienen lugar cerca de cien mil accidentes oculares relacionados con la práctica de algún deporte, de los cuales, más de la mitad han requerido atención médica u hospitalización. Paradójicamente el 90% de las lesiones pudieron haberse prevenido con el uso apropiado de protectores oculares.
"En la práctica deportiva los ojos son una de las zonas más vulnerables del cuerpo con un alto riesgo de sufrir una lesiones. Sin embargo, tanto los deportistas amateur como los profesionales, suelen olvidarse de su visión, cuando deberían brindarle protección al igual que el usar tenis, cascos, rodilleras, coderas y otros elementos para proteger su cabeza y cuerpo", mencionó el especialista en medicina del deporte.
Sean actividades de grupo como el futbol y el basquetbol, o individuales como golf, ciclismo o jogging, en todas los deportes siempre hay riesgo de sufrir lesiones durante su práctica, principalmente en deportes de contacto o que involucran el uso de instrumentos como pelotas, mencionó.
Las lesiones oculares ocupan un importante porcentaje del universo de accidentes deportivos, tanto en quienes lo practican de manera profesional, pero mayormente en quienes lo hacen de forma amateur, preciso el doctor Nava Rangel.
Los tipos comunes de lesiones en los ojos son el trauma (golpe) directo, las lesiones penetrantes y las lesiones por radiación proveniente de los rayos solares, precisa la Academia Americana de Médicos Familiares.
El doctor Nava Rangel señaló que el trauma directo causa la mayoría de las lesiones oculares en el deporte, principalmente en actividades como el fútbol, basquetbol y béisbol. "La severidad y el tipo de lesión depende del tamaño, la velocidad y la dureza del objeto que golpea al ojo, y van de una simple moretón, inflamación, hemorragias internas y fracturas, hasta catarata, desprendimiento de retina, daño el nervio óptico y, en casos graves, ruptura del globo ocular, con la probabilidad de pérdida de la visión".
Menos comunes, las lesiones penetrantes caracterizadas por rasguños y cortaduras, pueden ser provocadas por dedos, rotura de un lente u objetos filosos o puntiagudos que se inserten en el ojo. Dichas lesiones pueden variar de un arañazo en la parte frontal del ojo (abrasión en la córnea) hasta laceraciones en el párpado o globo ocular.