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Deficiente limpieza de la piel: No
duermas con maquillaje y acostumbra a
exfoliarte la piel. De esta forma
reducirás las posibilidades de padecer de acné o empeorar esta situación y tu cutis
ganará belleza y luminosidad. Puedes
seguir una sencilla rutina de limpieza y para ello no es preciso que gastes una
fortuna en cremas y lociones caros; puedes lograr maravillas con mascarillas y
productos naturales. Lo importante es la
constancia.
Mala alimentación: No consumas en exceso azúcar y harina blanca (alimentos ricos en calorías y pobres en nutrientes),
comidas chatarras y procesadas (cargadas de grasas saturadas o hidrogenadas) y
agrega a tu dieta suficientes frutas,
vegetales y verduras.
Tomar poco agua y sustituir esta bebida por bebidas cafeinazas o
sodas: Con esta actitud tu cuerpo se
irá deshidratando y el envejecimiento será prematuro. Ingiere al menos 8 vasos
al día.
No dormir lo suficiente: Nuestro
organismo requiere no menos de siete horas de sueño, pero el ritmo de vida que
llevamos nos impide cumplir con este requerimiento y nuestra piel paga las
consecuencias. Organiza tu vida para que
puedas descansar la cantidad de horas necesarias.
Abusar del sol: El Astro
Rey, en exceso, maltrata la piel,
produce manchas, incrementa el riesgo de contraer cáncer y acelera el proceso de envejecimiento.
Enfurecerte y entristécete por todo: Existe una estrecha relación entre la
salud, nuestra belleza y las emociones,
por eso cuando éstas son negativas provocan envejecimiento prematuro que nuestra piel
luzca cansada, desprovista de brillo y
de elasticidad.
Consumir comida chatarra: Los alientos chatarras y procesados, cargados de grasas
saturadas o hidrogenadas, dañan tu salud,
contribuyen con el aumento de peso y
combaten la belleza de tu piel.
Exfoliarte demasiado: El
proceso de exfoliación resulta beneficioso, porque retira las células muertas y
hace que la piel se vea hermosa, pero si exageras con esta práctica los resultados
serán negativos, porque tu epidermis se
tornará sensible.
Demasiada hidratación: Es
suficiente con que te hidrates en la mañana y en la noche, con una crema que se
adapte a tu tipo de piel; porque hacerlo en exceso resulta perjudicial. Si tienes tendencia al acné, elige una
ligera.
No usar gafas de sol: Si los
ojos no están protegidos de la luz, la
tendencia es cerrar los ojos un poco
para ver mejor y esta práctica, con el
paso de los años, se hace responsable de la creación de más arrugas.