Septiembre es el mes del consumidor pues fue un 9 de septiembre cuando se promulgó la ley 358-05 sobre los derechos de los consumidores. De los 4 años de existencia del Instituto Dominicano de Protección al Consumidor, Pro Consumidor, los últimos dos son de factura altagraciana, es decir ha estado al frente de dicho órgano la licenciada Altagracia Paulino, a estos dos últimos nos vamos a referir por ser los más recientes y, por tanto, más frescos en la memoria del lector lo cual le permitirá mejor apreciar lo que decimos, por lo cual aplica a Ella la expresión de Ulpiano.
Al momento de su juramentación la licenciada Paulino poseía una larga hoja de servicios prestados al movimiento de los consumidores nacionales e internacionales. Así, su designación es una de las pocas veces en que el Estado pone a una persona competente en la materia a dirigir en una entidad pública, pues, las más de las veces, es la politiquería o la adhesión a un determinado partido lo que decide quien ocupa un puesto en el gobierno.
Las diferencias de resultados para la nación están a ojos vistas; allí donde se designa una persona por criterios meramente políticos o personales por su cercanía a una determinada esfera son pobres; en cambio, donde se nombra a una persona con trayectoria de servicios en el área en que es designada son diferentes, son positivos, son ventajosos para el país, pues el incumbente así designado no necesita empezar un acelerado proceso de aprendizaje sobre los asuntos de su competencia, ni depende de una burocracia letal que se vale de trapisondas para mantenerse aferrada al puesto mientras lincha toda posibilidad de cambio con argumentos vacuos.
Así, Pro Consumidor parece hoy día una institución de larga data, una de las instituciones que goza de mayor crédito público, una de las instituciones mejor dirigida y con mayor aceptación del público. Es una institución cuya incumbente está directamente interconectada con las funciones que ejerce lo cual genera una empatía entre la población y los servicios que ofrece que la convierten en un paradigma de la buena gestión.
Pero fijaos bien, es que ahí no se está improvisando, ahí se está probando que la ley puede y debe ser aplicada sin politiquería ni conveniencias politiqueras. Allí se está sirviendo al país con la ley en la mano sin mezquindades, sin trapisondas, sin pequeñeces de ninguna naturaleza.
A la Paulino habrá de reconocérsele que está haciendo grandes apartes a la praxis del Derecho Administrativo al concebirlo junto a León Duguit como aquel derecho que solo puede obtener legitimidad respondiendo a las necesidades sociales que le han dado origen. Así, los tribunales administrativos comienzan a ocupar su tiempo en temas que tienen origen en el Derecho de Consumo; otro tanto ocurre con los juzgados de paz otrora calificados de carentes de objeto y hoy preñados de apoderamientos relacionados con el derecho de consumo, tendencia que va en crecimiento, pues a medida de que el consumidor toma conciencia de que cuenta con herramientas legales y autoridades que resguardan sus derechos se empodera de acciones jurídico-administrativa que procuran aumentar su calidad de vida o sancionar abusos. Es el momento en que los administrados alcanzan a saber que la organización estatal no está solo para servir a los beautis possidendi sino que esencialmente, el Estado Social existe para eliminar los desequilibrios del mercado yendo en auxilio de los sectores vulnerables, en la especie consumidores y usuarios.
La conciencia de los consumidores sobre el reclamo de sus derechos ha ocasionado que órganos sectoriales de mayor data sean obviados pues la ciudadanía tiene confianza en Pro consumidor no así en otros órganos especializados que han optado por lamer la mano del capital para estar fríos y obtener ventajas personales inmerecidas.
Quien lea las memorias de dos años de gestión de la licenciada Paulino estará obligado a reconocer en Ella a una funcionaria pública sin vacaciones entregada a su misión, con valores que conjugan lo tradicional con lo moderno bajo el sentido común de las féminas, el cual, con no pocas frecuencias, es superior al de los varones.
Ese toque de lozanía femenina genera empatía porque traduce una firmeza que no se queda en el carácter sino que se adentra en reales conocimientos productos del estudio constante, la pasión, la vocación de servicio y los conocimientos acumulados por medio de una larga juventud al servicio de los consumidores que iluminan a la Directora, y, sobre todo, por la gran confianza que tiene en el país, en que podemos hacer las cosas mejor cada día con solo proponérnoslo. Pues se sabe que, a pesar de ser el órgano rector del sector consumo tiene un presupuesto ridículo. De ahí la timidez con que se desarrollan los planes de cobertura de las poblaciones en todo el territorio nacional, por eso existen muchos lugares, por ejemplo, la provincia Santo Domingo, que individualmente concentra la mayor población del país y sin embargo todavía no cuenta con una oficina del Pro consumidor, pues Santiago, San Francisco de Macorís, San Pedro de Macorís, le han tomado la delantera.
Por eso los consumidores de las regiones y pueblos donde no existe Pro Consumidor preguntan cuándo llegará esta entidad a sus pueblos. Esta es una pregunta de difícil respuesta pero que no es óbice para hacer el trabajo, pues aun así el brazo de Pro Consumidor trata de llegar allí donde los consumidores se sienten esquilmados por prestadores de servicios desaprensivos.
En el segundo año de gestión de la licenciada Paulino dable es indicar que los comerciantes más actualizados del país han apoyado y apoyan su trabajo porque al final saben que un mercado donde los derechos de consumidores y usuarios estén correctamente protegidos es la mayor causa de confianza para operar sus negocios. Es decir, saben bien que prestadores de bienes y servicios y consumidores o usuarios son socios estratégicos de un único país del cual todos y todas somos ciudadanos y ciudadanas. Por tanto, sendos sectores están contestes en que la segunda gestión de la licenciada Paulino traerá mayores éxitos al mercado dominicano y a la protección del consumidor y usuario, puesto que la frase de Ulpiano seguirá sonando bajo la consigna de que cuando se quiere se puede. Es en este sentido que hemos citado dicha frase DLH-18-9-2011