<div>Solidaridad lidera los programas de transferencias condicionadas de la región, a la vez que se ha convertido en la principal herramienta de inversión y promoción en capital humano entre la población que vive en extrema pobreza en el país, con más de 530 mil hogares inscritos, según publica el Banco Interamericano de Desarrollo en su página electrónica.</div><div><br></div><div>En un reportaje del pasado día 16 de los corrientes el BID considera que el 76 por ciento de la población que vive en condición de pobreza en el país es beneficiaria de esa iniciativa gubernamental, quienes reciben protección en salud y educación, obligaciones que deben cumplir, a cambio de una trasferencia económica cada mes a través de la Tarjeta Solidaridad.</div><div><br></div><div>El BID afirma en su publicación que desde que se lanzo el Programa Solidaridad, la historia de miseria y de desesperanza de los más necesitados está cambiando por un futuro prometedor para la vida de sus hijos, gracias a las inversiones en salud y sus incentivos a la educación, liderando por sus logros, los programas similares en Latinoamérica.</div><div><br></div><div>Es por ello que Solidaridad contribuye con el fortalecimiento de los servicios de salud y educación, con la inversión en equipamiento de las unidades de atención primaria de salud, y la preparación de 2,700 profesionales de la medicina.</div><div><br></div><div>De igual forma, se ha digitalizado el ciento por ciento de los sistemas de esas clínica, razón por la cual, cada paciente beneficiario de Solidaridad cuenta con su registro electrónico conteniendo su historial médico. Asimismo el financiamiento de un sistema de monitoreo y evaluación de las actividades médicas.</div><div><br></div><div>En educación, la idea de Solidaridad es ambiciosa, con la meta de lograr la educación secundaria universal de los jóvenes, indica Ignez Tristao, especialista del BID en protección social.</div><div><br></div><div>“En Solidaridad se trabaja para que los niños y niñas en condición de extrema pobreza acceda a una educación de mayor calidad, pues invertir en la educación de estos jóvenes es una herramienta para romper el ciclo intergeneracional de la pobreza, una manera de que estos niños tendrán acceso a mejores oportunidades que sus padres”, afirma la especialista del BID.</div><div><br></div><div>Familias beneficiarias entrevistadas por el BID revelan que Solidaridad les ha cambiado la vida, que ahora tienen para adquirir los alimentos básicos, que sus hijos asisten a las escuelas, reciben atenciones médicas periódicas y que gracias a la preparación que el Programa les ofrece a sus hijos, esperan que en el futuro éstos no necesiten de esta ayuda, concluye. </div><div><br></div>