Siete mil abogados trasiegan por el país portando cédulas falsas, según declaraciones de los directivos del gremio que representa a los profesionales del derecho.La denuncia es grave por tratarse de profesionales que tienen fe pública y que representan a los ciudadanos ante los tribunales de la República.
a denuncia es grave por tratarse de profesionales que tienen fe pública y que representan a los ciudadanos ante los tribunales de la República.
Esos abogados andan con doble identificación, la suya que adquieren con actas de nacimiento legales, y la falsa que obtienen con actas ilícitas.
¿Para que utilizan cédulas falsas? La respuesta es obvia: para cometer bellaquerías, engañar a los clientes y librarse de responsabilidades penales cuando sean sorprendidos in fraganti cometiendo acciones penadas por la ley.
Esos abogados no son confiables; son delincuentes de cuello blanco capaces de incurrir en acciones contrarias a las normas y las buenas costumbres para lucrar los bolsillos.
El Colegio de Abogados, al hacer pública la denuncia, actuó con responsabilidad y por tanto debe expulsar a los miembros que resulten culpables de esos hechos.
En anteriores ocasiones se han denunciado también abogados que cometieron faltas al hacerse pasar como Notarios Públicos sin serlos, lo que pone en entredicho la credibilidad de esa institución. Sabrá Dios cuánto documentos fraudulentos andan por las calles pasando como legales.
Lo más que pudiera hacer la directiva del Colegio Dominicano de Abogados es publicar los nombres de esos miembros que andan con cédulas falsas, expulsarlos y someterlos a la Justicia. Si no lo hiciere, entonces ese gremio quedará salpicado por el descrédito.
Lo del lago Enriquillo
Residentes en las comunidades que se encuentran en los entornos del lago Enriquillo viven momentos de preocupación; y no es para menos, pues temen a la persistente crecida de las aguas que avanzan sin retrocedo como si fueran soldados cuando van para la guerra.
Boca de Cachón, Vengan a Ver, Cabral, La Descubierta, y otros sectores, ahora se encuentran amenazados por las aguas del legendario lago, que en los últimos meses ha penetrado a los cultivos agrícolas causando miles de pérdidas.
Según cálculos fríos, los daños ocasionados a la agricultura se estiman en 340 mil tareas lo que ha perjudicado a cerca de 2 mil 400 familias que se muestran perplejas al ver sucumbir sus propiedades debajo de las aguas. Por suerte, están recibiendo ayudas constantes de parte del gobierno a través del Plan Social y otras instituciones gubernamentales.
La combinación del lago Enriquillo, en el territorio dominicano, y el Azuei, proveniente desde Haití, se ha convertido en una tarea, al parecer, difícil para las autoridades nacionales que todavía no han encontrado la fórmula para resolver el problema.
Los expertos extranjeros y dominicanos que se han interesado por esta situación sostienen que el Azuei, igual que el lago Enriquillo y la laguna de Cabral forman parte de un canal submarino desde la bahía de Neiba hasta Puerto Príncipe.
Mientras los especialistas llegan a un acuerdo de procedimiento, hay que buscarle soluciones inmediatas a esa población de la provincia Independencia que por desgracia tiene en la agricultura su modo de vida.