La nacionalización de una veintena de campos maduros que eran operados por terceros, además de cuatro multimillonarios proyectos de crudo extrapesado en la rica Faja del Orinoco entre el 2006 y el 2007 dejó una estela de juicios y arbitrajes que aún no se han resuelto.
"Reconocemos al privado sus inversiones, pero no sus expectativas de ingresos. Siempre ha sido esa nuestra posición (..) No aceptaremos castigos por el ejercicio de nuestra soberanía", dijo el ministro de Energía, Rafael Ramírez.
"Vamos a un justiprecio y se relaciona con el valor de los activos. Tenemos que blindarnos ante una posible agresión. No aceptaremos castigos ejemplares de ningún país. Esperaremos (el fallo de los tribunales arbitrales). Ya veremos que sucede", añadió.
La semana previa, Venezuela ofreció pagar 1.000 millones de dólares a Exxon Mobil por la nacionalización de sus activos en el 2007, un monto bastante inferior a lo que aspira la petrolera estadounidense.
A principios del 2011, Ramírez dijo a Reuters que Venezuela estaría dispuesta a pagar unos 2.500 millones de dólares a Exxon y ConocoPhillips por la nacionalización de sus activos.
Aunque PDVSA ha reflejado en sus balances que cuenta con una provisión de unos 1.000 millones de dólares para litigios, analistas consideran que los montos a pagar serán mayores, lo que presionaría la apretada caja de la estatal, principal financista del proyecto de Hugo Chávez, poco antes de las cruciales elecciones presidenciales de octubre del 2012.
Ramírez calificó como un sinsentido la demanda que dio a conocer en la víspera la estadounidense Helmerich & Payne por la toma en el 2010 de 11 de sus taladros en el país sudamericano.
"(La demanda de H&P) no tiene sentido. Es una demanda temeraria. Hay una historia de demandas temerarias de este tipo contra Venezuela. Nos pretender aislar al margen del derecho internacional. Este no es un gobierno cobarde. Somos un país y PDVSA es una empresa agredida", sentenció.
"Sabíamos que 2009 y 2010 serían años difíciles tras la caída de los precios del crudo y le dimos prioridad al aporte fiscal. Al sector petrolero, tuvimos que ponernos las botas y aguantar las turbulencias", finalizó.