LONDRES, oct (IPS) - La alianza económica
de la Unión Europea (UE) puede estar al borde del colapso, pero en algunas
partes del mundo sigue sirviendo de modelo de integración.
Expertos de ambos lados del Estrecho de Taiwan,
una de las áreas del mundo más volátiles, estudian la experiencia de la UE en
resolución de conflictos, con la esperanza de que avance la precaria relación
entre las dos partes.
Taiwan, que goza de una independencia de
facto pero es considerada una provincia rebelde por la China continental,
celebrará unas disputadas elecciones presidenciales en enero, pocos meses antes
de que el Partido Comunista en Beijing renueve también a sus líderes.
Aunque las relaciones entre estos antiguos
archienemigos han mejorado significativamente los últimos tres años
principalmente a través del comercio, el tema del futuro político de Taiwan ha
quedado en el limbo.
China quiere la definitiva unificación con
la isla y nunca ha renunciado al uso de la fuerza. Mientras, el gobierno
taiwanés, a cargo del derechista Partido Nacionalista Chino (Kuomintang o KMT),
ha apostado al acercamiento comercial con Beijing, dejando las delicadas
conversaciones políticas para el futuro.
Pero expertos alertan que esto podría no
funcionar en el largo plazo. En una reciente conferencia en Londres sobre las
lecciones de la experiencia europea, muchos señalaron que la UE había logrado
la integración a un grado sin precedentes pero siempre sobre la base del
reconocimiento mutuo.
"Hay ciertas condiciones para que
funcione el modelo de la UE", señaló en la conferencia Thomas Diez,
profesor de ciencias políticas en la Universidad de Tubingen, Alemania.
"Sobre el Estrecho de Taiwan, a menos que encuentres tu propio marco y
atiendas el tema de la soberanía, arriesgas con estropear todo el proceso de
reconciliación", alertó.
Pero Dai Bingran, del Centro para Estudios
Europeos en la Universidad Shanghai Fudan, discrepó. "El tema de la
soberanía debería quedar para que lo resuelvan las generaciones futuras",
afirmó, asegurando que la cuestión perdería relevancia con el paso del tiempo.
"En 40 o 50 años posiblemente no
exista el tema de la soberanía", sugirió Dai. "Habrá muchos acuerdos
internacionales multilaterales, y la verdad es que cada vez que firmamos un
tratado cedemos un poco nuestra soberanía", indicó.
Desde que Ma Ying-jeou asumió la
Presidencia de Taiwan en mayo de 2008, basó su política con la China
continental sobre el principio de la "no negación mutua", según el
cual ninguna parte insiste en el reconocimiento formal por parte de la otra.
El KMT arguye que esto ha creado espacio
para que ambas partes se comprometan y avancen en las relaciones, estancadas
durante la pasada administración del Partido Progresista Democrático (PPD).
Su Chi, alto consejero de Ma Ying-jeou,
cree que el concepto de soberanía, aunque fervientemente ensalzado por muchos
en Taiwan, es anticuado.
"Es un concepto muy europeo, y los
chinos lo adoptaron de Europa en el comienzo", señaló. "Pero el
concepto ha evolucionado, y si pensamos en él como si fuera un tanque de agua,
este tanque ahora está perdiendo. Los europeos, que son sus creadores
originales, deberían revisarlo para que coincida con las nuevas realidades del
mundo".
Algunos expertos de la UE ahora incluso
hablan del concepto de "taiwanización" en un contexto europeo.
"Beijing no está a favor de convertir
las relaciones (con Taiwan) en un modelo porque le tiene miedo a la
interferencia externa", dijo a IPS Bruno Coppieters, profesor de ciencia
política en la Universidad Libre de Bruselas.
"Pero la UE ha analizado recientemente
las relaciones en el estrecho (de Taiwan) como modelo de políticas de
acercamiento sin reconocimiento que quizás puedan ser aplicables a lugares como
Georgia y Abjasia, por ejemplo".
En el marco de la llamada "tregua
diplomática" de Ma, se firmaron 15 acuerdos entre Beijing y Taipei,
estableciendo el comercio directo, el transporte y el servicio postal entre los
dos países.
Las comunicaciones entre personas y los
intercambios académicos aumentaron. Unos 1,6 millones habitantes de China
continental visitaron Taiwan solo en 2009.
No obstante, el opositor PPD se ha
mantenido escéptico, arguyendo que una cooperación económica y comercial más
estrecha entre las dos partes inevitablemente llevará a la unificación de
acuerdo con los términos de Beijing.
El candidato presidencial del PPD en las
elecciones de enero, Tsai Ing-wen, dijo que el KMT iba demasiado rápido en su
intento de mejorar las relaciones con China, amenazando en el proceso la
independencia de facto de Taiwan.
Ma Ying-jeou se ha expresado vagamente
sobre la posibilidad de conversaciones sobre la unificación,
condicionando las negociaciones con China a la remoción de los estimados 1.300
misiles instalados por Beijing contra objetivos taiwaneses.
Pero un cable diplomático estadounidense
divulgado por el sitio web WikiLeaks citó al vicepresidente Vincent Siew
señalando que, si era reelegido, Ma Ying-jeou iniciaría conversaciones
políticas con China.
Las relaciones entre Taipei y Beijing han
seguido en los últimos años el principio de "las cosas fáciles primero,
las difíciles después", pero expertos alertan que tarde o temprano los dos
gobiernos deberán afrontar el candente asunto de la unificación.
El destacado crecimiento de China es otro
factor que añade incertidumbre al futuro.
"El veloz crecimiento del poder de
China ha cambiado drásticamente el contexto de sus intereses nacionales",
dijo a IPS el analista Chen Hsin-chih, de la Universidad Nacional Cheng Kung,
de Taiwan.
"La estrategia de bajo perfil adoptada
por China continental en el pasado ha quedado desactualizada ahora que el país
se ha convertido en una potencia mundial", añadió.
(FIN/IPS/traen-rp/ab/ap eu if ip cn fe/11)
Vea esta noticia enhttp://ipsnoticias.net/nota.asp?idnews=99283