Los astrofísicos Saul Perlmutter (1959), Brian
Schmidt (1967) y Adam Riess (1969) fueron galardonados esta semana con el
premio Nóbel de Física por descubrir, en 1998, que las galaxias se alejan unas
de otras aceleradamente.
Perlmutter es profesor de la Universidad de
Berkeley y del Laboratorio Nacional Lawrence Berkeley; Schmidt,
australiano-norteamericano, es profesor de la Universidad Nacional Australiana
y Riess es profesor en la Universidad Johns Hopkins e investigador del
Instituto Científico del Telescopio Espacial.
Según declaró el comité del premi "Han
estudiado varias docenas de explosiones de estrellas, llamadas supernovas, y
han descubierto que el Universo se está expandiendo a un ritmo cada vez
mayor".
El jurado del Nobel apuntó que hace ya un siglo
que se sabe que el Universo se expande (desde hace 14 mil millones de años),
pero no había indicio alguno de su aceleración.
Recibirán el premio en Estocolmo el 10 de
diciembre, aniversario de la muerte de Alfred Nobel. La mitad de más de un
millón de euros será para el estadounidense Saul Perlmutter y la otra mitad se
repartirá entre el australiano-estadounidense Brian Schmidt y el también
estadounidense Adam G. Riess.
El Big Bang, el Big Crunch y el Big Rip
Cuando tiene lugar una explosión, es de esperar
que la velocidad de los fragmentos sea grande en los momentos iniciales, pero
que después se vaya reduciendo a medida que pasa el tiempo y los fragmentos se
alejen unos de otros. La explosión originaria del universo, avalada por
datos experimentales verificados infinidad de veces, es conocida como el “Big
Bang” o la Gran Explosión.
Ese era el modelo del universo más popular en los
años 80 del siglo XX, donde la supuesta desaceleración causada por la atracción
gravitatoria lograría invertir la expansión. Se llegaría así al “Big
Crunch”, donde los fragmentos se reunirían nuevamente en una masa
única.
Sin embargo, en 1998 las observaciones precisas en
supernovas realizadas por los laureados -explosiones finales de estrellas con
de la masa del Sol y sólo el tamaño de la Tierra- indicaron lo contrario. Los
resultados mostraban un aparente absurd que los galaxias, es vez de ir
retardando su movimiento de expansión, se iban acelerando.
A esa conclusión se llegó casi simultáneamente en
los dos equipos de investigación donde participaban los galardonados. La nueva
teoría recibió el nombre de Big Rip o Gran Desgarramiento, pues las galaxias
seguirían separándose indefinidamente hasta hacerse invisibles unas de las
otras.
Según declara Permutter en su página WEB personal
de la Universidad de Berkeley: "Nuestros estudios sobre las supernovas,
encaminados inicialmente a medir la desaceleración de la expansión del
universo bajo el efecto de la gravedad, demostraron en realidad su aceleración.
Este resultado inesperado sugiere que la mayor parte del universo
-alrededor del 75 por ciento- podría estar esencialmente constituida por una
energía hasta ahora desconocida, llamada energía oscura, que es
responsable de la aceleración de su expansión".
Por su parte, Schmidt ha expresado públicamente:
"Adam Riess y yo intentábamos comprender este resultado sorprendente,
tratábamos desesperadamente de encontrar lo que no encajaba". Y más
adelante: "Parecía demasiado increíble para ser verdad. Estábamos
algo asustados".
De momento, el problema de la existencia de la “energía
oscura” sigue siendo uno de los grandes enigmas de la física contemporánea.
Fg/Aga
(*) Doctor en Ciencias Físicas. Universidad de la
Habana