<P>Hace mucho tiempo que vengo pregonando sobre las indelicadezas de algunos ciudadanos que se dan a la repudiable tarea de orinarse en la vía pública.</P>
<P>Son actos que en ocasiones se realizan frente a damas y niños, inclusive a plena luz del día. He sido testigo de esas vagabunderías sin control. Lo peor del caso es que los protagonistas de esos hechos son personas adultas, que debieran dar ejemplo de pudor y educación.</P>
<P>Al fin, alguien decide poner coto a esa barbarie pública. El jefe de la Policía, mayor general José A. Polanco Gómez, instruyó al personal bajo su mando para apresar a los ciudadanos que sean sorprendidos orinando en la vía pública, por atentar contra el pudor y decoro.</P>
<P>El correcto General recordó que hacer necesidades fisiológicas en la calle es una transgresión castigada por el Código Penal Dominicano con prisión y multa, por lo que no se puede permitir la exposición de los órganos genitales en la vía pública.</P>
<P>Ciertamente, esas acciones son castigadas por nuestros códigos. Lo que ocurre es que nadie se pone los pantalones para darle vigencia a esas normativas jurídicas. A veces, los policíassorprenden parejas sosteniendo relaciones sexuales dentro de los vehículos estacionados en zonas públicas oscuras y a penas se limitan a darles consejos a los protagonistas y algunas veces surgen transacciones económicas, y todo queda igual. Ahora, los agentes deben lidiar con una prueba de fuego y hacer cumplir las órdenes del general Polanco Gómez, que son muy patrióticas y atinadas.</P>
<P>En Estados Unidos, a la persona que sorprendan en esos menesteres lo multan y lo registran en libros especiales. Cuando esos individuos acuden a una empresa en busca de empleos, esos arrestos les salen y por tanto confrontan dificultades para lograr un trabajo.</P>
<P>Otro ejemplo lo constituye el artículo 377 del Código Penal de Venezuela, en lo que refiere a los atentados al pudor strictu sensu,donde se establecen reglas precautorias para esos casos. “Podemos definir los atentados al pudor como todo acto contrario a las buenas costumbres (pudor), ejercido intencionada y directamente sobre una persona sin su consentimiento o contra su voluntad, ya sea pública o privadamente. Tales serían por ejemplo, los tocamientos manuales sobre los pechos o genitales de una mujer, en forma intempestiva o violenta; los actos lascivos, como los tocamientos con el pene sobre los genitales de una niña menor de 12 años, siempre que no haya tentativa de intromisión”, dice este documento. </P>
<P>En el artículo 382 se especifican otros delitos atentatorios al pudor. Tales serían el caso de masturbarse en plena calle, o masturbar a otra persona que consiente en ello en sitio público. Incluso el caso de una pareja que realiza el acto copulatorio (lícito) en forma accesible a la vista del público</P>
<P>Todas esas cosas también ocurren en República Dominicana, con la diferencia de que los responsables de velar por la preservación de las costumbres se hacen los ciegos. La primera tarea de los agentes policiales debe comenzar de inmediato vigilando a las personas que se sientan en el malecón a ingerir bebidas de todo tipo y terminan siempre orinándose detrás de una mata de palma o de coco, en presencia de niños y mujeres, o sencillamente haciendo el amor en los arrecifes. Igual ocurre en las playas. </P>
<P>Estoy de acuerdo con el jefe de la Policía en eso de publicar los nombres (yo diría que también las fotos) de los ciudadanos que sean sorprendidos en esas acciones. Al menos, eso les daría un poco de vergüenza, si es que acaso tienen.</P>
<P>De igual manera, coincido con el general Polanco Gómez en que es necesario lanzar una campaña de orientación ciudadana para erradicar esa práctica. En esa jornada deben estar integrados los medios de comunicación, las iglesias, las escuelas, las universidades, y la llamada sociedad civil, que se pasa todo el año subsidiando y participando en movimientos desestabilizadores.</P>
<P>En horabuena, General.</P>