San José, Costa Rica, 21 de octubre
(CEPAL/FAO/IICA).Aunque inmerso en un
escenario de volatilidad y de altos precios de los alimentos, el sector
agrícola de América Latina y el Caribe (ALC) puede capitalizar, en el largo
plazo, la oportunidad que le brinda tener tierra disponible –aunque concentrada
en algunos países–, abundancia relativa de agua, biodiversidad y recursos
humanos capacitados.
Pero no se trata solo de aumentar la superficie
cultivada. También es necesario cerrar las grandes brechas tecnológicas y de
productividad que presenta la región para aumentar significativamente los
rendimientos y la producción de alimentos, sostienen la CEPAL, la FAO y el
IICA.
Las tres organizaciones presentaron este 21 de octubre
en San José, Costa Rica, el informe “Perspectivas de la agricultura y el
desarrollo rural en las Américas: una mirada hacia América Latina y el Caribe
2011-2012” ante los ministros de Agricultura de las Américas.
El Director General del Instituto Interamericano de
Agricultura (IICA), Víctor M. Villalobos, sostuvo que “las recomendaciones del
informe coinciden con los diálogossostenidos aquí por los ministros, centrados en la necesidad de invertir
en innovación agrícola para posicionar el agro como motor del desarrollo”.
“La región debe aprovechar los altos precios de los
alimentos para repartir de manera más equitativa los frutos del crecimiento,
estimulando la producción de la agricultura familiar, ampliando su acceso a
recursos naturales, financieros y a los mercados”, señaló José Graziano da
Silva, Representante Regional de la Organización de las Naciones Unidas para la
Alimentación y la Agricultura (FAO) y Director General Electo de esa
organización.
Para la Secretaria Ejecutiva de la Comisión Económica
para América Latina y el Caribe (CEPAL), Alicia Bárcena, se requiere “más
innovación para enfrentar los retos que el cambio climático le impone a la
agricultura y para que la producción agrícola opere respetando los balances
naturales que nos aseguran la supervivencia como sociedad”. “La innovación es
fundamental para transitar hacia una agricultura baja en carbono”, enfatizó
Bárcena.
<b>
Variado panorama</b>
Agricultura. En 2010 el desempeño agrícola de ALC fue
positivo comparado con el año anterior, siendo los cereales el rubro más
sobresaliente, con un aumento en la producción superior a 7% respecto a 2009.
Sin embargo, el crecimiento ha sido diferenciad mientras la agricultura de la
subregión sur (exportadora de cereales y oleaginosas) tuvo tasas de crecimiento
mayores al 4,5%, las del resto de subregiones de ALC no superaron 2,5%.
De acuerdo con el informe, el contexto de volatilidad
y precios altos de los alimentosse
mantendrá en el corto y mediano plazo.
En 2011 se espera que la producción agrícola aumente
debido a las buenas perspectivas de los precios de los principales commodities
agrícolas. Sin embargo, sigue pendiente la necesidad de aplicar políticas que
aseguren en el largo plazo un mejor desempeño de la agricultura, especialmente
aquellas que promueven la innovación y la adaptación al cambio climático.
La evolución durante 2010 y las perspectivas también
son favorables para los subsectores pecuario, pesca y forestal. En el sector
pecuario, crecieron el consumo y la producción. El acelerado crecimiento
demográfico y el incremento en el ingreso de los países en desarrollo ofrecen
grandes oportunidades para el sector, pues la demanda de alimentos que más
aumentará será la de origen animal. Si bien existen importantes avances, la
región tiene el reto de aumentar la eficiencia y la sostenibilidad ambiental de
la actividad ganadera.
En la pesca el crecimiento de la acuicultura ha ganado
importancia, mientras que la pesca extractiva acusa indicios de
sobreexplotación y de que ha alcanzado su máximo nivel de producción
sostenible. La búsqueda del equilibrio entre mayor producción y conservación de
los recursos se torna crítico en la pesca, sobre todo cuando las enfermedades
amenazan la pesca de cultivo. El crecimiento de la demanda de Asia será un
incentivo importante para el aumento de la producción.
En materia de bosques está aumentando la producción y
el comercio de productos forestales y se ha desacelerado la pérdida de la
cobertura forestal, a la vez que se promueven, de manera creciente, mecanismos
de pago por servicios ambientales a las comunidades rurales.
En términos de bienestar rural, el informe afirma que
la crisis tuvo un impacto negativo menor de lo esperado, pues durante 2009 la
pobreza en toda la región aumentó apenas 0,1 puntos porcentuales y la
indigencia 0,4 puntos porcentuales, siendo el incremento en las zonas rurales
levemente superior al de las urbanas. Además señala que la evolución de la
pobreza rural estuvo estrechamente relacionada con la evolución del sector
agropecuario y de la economía en general. Concluye que la pobreza creció solo
levemente gracias al resultado de los programas de asistencia social y de las
transferencias condicionadas implementados por la mayoría de los países de la
región.
En lo político-institucional, el documento revisa las
políticas sectoriales y sociales que adoptaron los países para fomentar la
producción nacional, proteger a los consumidores y a los productores
–particularmente a los más vulnerables–, y mantener la estabilidad de los
precios. En este sentido, se observa que predominaron las políticas defensivas
y con visión de corto plazo. También se examinan las políticas subregionales en
el marco de esquemas de integración, y se recomienda una modernización de la
institucionalidad y la adopción de las políticas públicas con visión de largo
plazo.
Los representantes de las tres instituciones
enfatizaron el compromiso de sus organizaciones de seguir colaborando en la
producción de información relevante y oportuna para los tomadores de decisiones
en el sector agrícola y, en general, para todos aquellos que se interesan por
la agricultura y el desarrollo rural en la región.