Santo Domingo.- Es innegable que en la
República Dominicana, poco a poco, se ha ido acortando la brecha digital, pero
todavía quedan algunas cosas que hay que corregir.
José Rafael Vargas, ex presidente del INDOTEL
y ahora senador de la República por la provincia Espaillat (Moca) tiene el
crédito de haberse empeñado en instalar en toda la geografía nacional miles de
computadoras que funcionan en más de mil Salas Digitales, labor que ha continuado quien
le sustituyó, el doctor David Pérez Taveras.
Los críticos de ese avance en las
telecomunicaciones, siempre resabiosos al no aceptar los progresos ajenos, argumentan
que en un país donde constantemente falla la energía eléctrica esas Salas
Digitales “no sirven de nada”. Pero, maliciosos al fin, no dicen que en cada
una de ellas hay inversores que resisten un prolongado apagón de hasta dos
días. También callan que en muchas localidades existe el Internet gratis, gracias al INDOTEL, lo que quiere decir que
los usuarios de esos servicio—principalmente jóvenes estudiantes—no tienen que
pagar un solo centavo para conectarse con el mundo.
Sin embargo, existe una falla grave que no
debería tener razón de ser en un país que trata de insertarse en la modernidad.
Me refiero a la obligatoriedad a la que están
sometidos pequeños negocios, a los cuales se les obliga a llenar un formulario
de Comprobante Fiscal para que paguen impuestos por los servicios que brindan a
sus clientes. Es lógico que la gente pague impuestos si tiene buenos ingresos,
pero no es justo que a pobres artesanos que les obligue a presentar un
documento que ni siquiera saben llenar. (Para quienes buscan la quinta pata al
gato, no respiro por la herida, porque no tengo negocios)
Conozco más de un caso de pequeños
comerciantes o artesanos a quienes las empresas privadas a las cuales brindan
servicios les exigen un Comprobante Fiscal Privado, que tiene que ser llenado a
“maquinilla de las viejas”, pues no aceptan ese tipo de factura escrita a mano,
como tampoco hecha luego de escanear el original.
Obligar a la gente a que use por obligación las facturas del
Comprobante Fiscal Privado a utilizar maquinillas de escribir que prácticamente
no existen, es casi condenarlos al hambre.
Uno de los perjudicados me preguntó, muy
irritad “Estrella Veloz, ¿dónde yo consigo una maldita maquinilla para llenar
la jodida factura?”
Esto parecerá una tontería, pero no lo es. Son
muchos los que están afectados por esa situación, que necesariamente hay que
revertir, a menos que la Dirección General de Impuestos Internos (DGII) disponga otro sistema para que esos
ciudadanos puedan cobrar por el trabajo que brindan, con copias escaneadas del
formulario o simplemente llenándolos a mano.
Obligar a la gente que usa por obligación las
facturas del Comprobante Fiscal Privado a utilizar maquinillas que
prácticamente no existen, es casi condenarlos al hambre.
Eso significa un serio retroceso digital que
echa por el suelo todo lo que han hecho las autoridades, el INDOTEL y el
Despacho de la Primera Dama, por ejemplo, para que la Nación dominicana continúe
con el desarrollo de las Telecomunicaciones.