Una de cada tres mujeres es víctima de
la violencia de géneros en la República Dominicana de acuerdo a estudios
realizados por los profesionalesde la
conducta.
Hasta ahora, lo que se atribuye como
causas de la violencia es la situación económica, el desempleo, desesperación, infidelidad, la intolerancia, la falta de
comunicación entre las parejas, entre otras. Naturalmente, eso ha dado con la
triste realidad de destruir a muchas familias, dejando atrás desconsuelo,
dolor, luto y abandono de los hijos.
Sin embargo, todos los que se
preocupan por este fenómeno social dejan a un lado otra causante mucho más
peligrosa: la influencia de los medios de comunicación en los acgos de
violencia.
Si analizamos la mayoría de los
programas interactivos de la radio y la televisión, especialmente los que
desarrollan temas políticos, notaríamos de inmediato que están adornados de
comentarios cargados de violencia verbal. Los francotiradores de la palabra
hablada no controlan la lengua cuando de desacreditar se trata o cuando están
cumpliendo por paga la misión de defender los intereses partidarios.
Escuchar desde temprano en la mañana
las tertulias de la radio y la televisión, causa escalofrío. Los debates de las
ideas en torno a la situación política del país llegan a niveles
desproporcionados, al extremo de que entre los comentaristas se intercambian
palabras ofensivas fruto de la pasión política. Sin duda, este comportamieto
cambia la conductay el ánimo de los
oyentes.
Cabe resaltar que determinados panelistas
son profesionales enganchados a comunicadores que abusan de los micrófonos
paralanzar insultos y ensuciar la
imagen de terceros. Cualquiera crea un programa de televisión o de la radio
para desahogarse y herir sentimientos ajenos amparados en el poder de la
prensa. Incluso andan con carnets que dice “Prensa” y se hacen pasar como
periodistas.
Lo peor de todo es que esos
comentarios se hacen en algunas ocasiones sin fundamentos, sin investigar a
fondo los hechos. Sencillamente, toman los periódicos y empiezan a repetir como
loros lo que está impreso.
Los insultos entre políticos se
difunden en los medios de comunicación sin el menor pudor, a igual que las
imágenes sangrientas que surgen de los enfrentamientos entre policías y
huelguistas. En este último caso, la televisión ha roto todos los parámetros de
la prudencia y el respeto a higiene mental de la población. ¿Se le puede llamar
a eso periodismo? No. Es una especie de morbo que da placer a sus
protagonistas.
Si se trata de figuras ligadas a la
farándula, entonces el mal es más condenable. Allí se habla de las cosas
íntimas de los artistas sin ningún límite bajo la manipulada excusa de que se
trata de figuras cuyas actuaciones pertenecen al público. Muchos divorcios (también agresiones físicas y verbales) han
surgido por esos violentos comentarios, además de numerosas demandas judiciales
por difamación e injuria que terminan en el baúl del olvido fruto de las
negociaciones entre las partes en litis.
La violencia de géneros, los asesinatos
de civiles y militares, los secuestros, son en la actualidad el principal menú
para los depredadores de los medios de comunicación, principalmente los
electrónicos, que debieran ayudar en la labor de orientación que tanto necesita
esta sociedad, en lugar de estar echándole leña al fuego.