“Tolerancia Cero hacia la violencia contra la mujer”, si
recuerdan fue la marcha del gobierno –más que de la sociedad en su conjunto– es
la nueva forma de las instituciones públicas que desean descubrir fenómenos
viejos con métodos nuevos que en nada resuelven el problema por el que luchan.
Son eventos de los medios de comunicación, que adoptan posiciones defensistas
de la sociedad, poniendo su énfasis en la víctima. <br>
Es por tanto, un error, que
en esos actos se obliguen sus empleados, y se nos haga creer que existe una
verdadera preocupación por este tipo de violencia hacia las mujeres. Lo que
realmente cuenta en este asunto son las investigaciones que no tenemos respecto
de la mujer maltratada o del hombre maltratador, los casos de abuso sexual, la
violencia doméstica, y el modelo de protección legal existente. Se habla de
violencia de Estado cuando no existe la legislación adecuada dirigida al
problema de la violencia doméstica. Los inconvenientes de nuestra justicia
penal muchas veces dilatan y resultan generador de maltrato. Los casos de
mujeres que acuden a la
Policía refuerza el sentimiento de culpa que se instaura en
la víctima de violencia, al ser tratada sin la atención debida dando a entender
una sensación de desamparo e indefensión. Los ejemplos pululan en los barrios,
pero los hechos de sangre los advertimos en los noticiarios.
¿Qué es realmente la violencia contra la mujer? Al
menos la perspectiva criminológica, que es la que conocemos mejor. El
conocimiento de esta violencia pertenece a todos, y si no dejamos que la
víctima grite o sea escuchada no avanzaremos nada. La violencia de género es
una relación de poder, tal como lo es la lucha política que afecta a los
desprotegidos de la sociedad frente a los poderosos que se aprovechan de ellos.
La única diferencia es que al referirnos al apelativo “doméstico”, debemos
considerar la paradoja de la violencia intrafamiliar. Las mismas instituciones
que organizaron la marcha tienen en sus hogares horribles ejemplos de abuso y
maltrat la Policía Nacional
y los abogados son vivos ejemplos de hombres maltratadores.
En esta violencia hay mujeres maltratadas en sus
trabajos, sus casas, en la inseguridad ciudadana de la ciudad, mujeres maltratadas
que matan a sus maridos, vidas silenciadas en la intimidad, o la costumbre de
matarla.
En primer lugar, la violencia contra la mujer
comprende la existencia de una mujer, que puede cumplir las funciones de madre,
esposa y ama de casa. Esta forma de violencia es propia de hogares
autoritarios, de formación rígida, con historial de abuso o de violación, donde
la mujer actúa como un ser débil, y reacciona como ser fuerte frente a
situaciones económicas (las primeras estructuras que enfrentan el poder del
hombre), o frente a amenazas del hogar, como la infidelidad del varón, celos
patológicos o frente a fracasos de los hijos (drogas, bandas juveniles,deserción escolar). Cualquier concepto
criminológico de la violencia contra la mujer no se reduce a factores físicos,
psicológicos. Estamos frente a una dimensión que involucra acciones de derechos
humanos, modelo social y respuesta legal, así como ingerencia del Estado frente
al control formal del problema.
El segundo concepto importante es el de hogar. Esta
categoría es de interés para la criminología de orientación sociológica: Hogar
significa, indistintamente, lugar familiar, doméstico, secreto. Allí suele
suceder lo que no podemos divulgar, ni mostrar lo que es diferente a la
apariencia, cuya salvaguardia guarda relación con el viejo concepto de
“vergüenza”, “honor”.El hombre que
fracasa en la calle, muchas veces expresa su ira en el hogar al que pertenece. El
Estado no se ha sincerizado con esta postura. La mayor proporción de la
conducta criminal y violenta es fruto de este conflicto. La violencia doméstica
es el lado más oculto de la verdadera violencia de la sociedad. También es un
viejo problema de actitud del hambre frente a la mujer. (¿Cuál es, por tanto la
actitud de la mujer hacia el hombre?).
Finalmente, creo que hubiese preferido de parte de las
autoridades la creación de un organismo del tipo CONFRENCIA PERMANENTE, que son
como Seminarios o un Foro-búsqueda de amplias dimensiones que muestre las
diversas formas y manifestaciones de esta problemática, y una Procuraduría
General con mayor control del tema. Para que esto se logre es necesario la
utilización de personal cualificado y conocedor de la temática, pues siempre
decimos que lo que esta institución debe hacer por los ciudadanos es recepcionar
y atender a las mujeres y/o ciudadanos que han sido afectados en sus derechos
fundamentales.
El autor es Presidente de
la Sociedad Dominicana de Criminología.