No hay duda de
que el narcotráfico constituye un atractivo escenario económico para muchas
personas, especialmente para jóvenes desempleados con deseos de disfrutar las
cosas buenas de la vida, que además buscan tener un protagonismo en los
entornos donde se han criado y dar asi un golpe de efecto social a sus
pretensiones personales.
Nos nos
engañemos. Sería una hipocresía y una doble moral decir lo contrario. De este
negocio vive mucha gente, de manera directa e indirecta. Ejemplo, miles de
hogares dominicanos reciben remesas del exterior enviadas por familiares que
están vinculados a este sistema operativo tan vapuleado por los organismos
represivos del Estado y que causa tanta sangre, luto y dolor. Adultos, jóvenes
y viejos son utilizados como “mulas” para transportar sustancias prohibidas.
Unos tienen éxito y otros fracasan en esos intentos.
Se afirma que militares,
policías, empresarios, funcionarios del Estado, y otros sectores influyentes
también se nutren económicamente a través de esta poderosa estructura. Se han
filmado numerosas películas y novelas sobre el tema del narcotráfico.
Actualmente se difunde por nuestra televisión una novela que lleva por título “Las muñecas de la Mafia”, la cual describe
cómo las modelos latinas son entrenadas por los capos de la droga para el
trasiego de sustancias narcóticas. Son mujeres colombianas, exageradamente
bellas, las principales actrices. La trama se desarrolla entre intrigas, celo
profesional, sexo, derroche de dinero en autos, casas y fincas lujosas.
En América
Latina, algunas mujeres mega-divas, entre ellas presentadoras de televisión, se
dan la gran vida trabajando al servicio de esta gente y acumulando fortuna;
pero las que rompen el parámetro de la ambición son las modelos y reinas de
belleza. El caso llama mucho la atención, sobre todo ver la forma de esas
mujeres meterse en problemas judiciales al vincularse en esas tramas. A
propósito del tema, el periódico español El País publica una historia interesante
sobre las modelos convertidas en señuelos del narcotrafico. Nos pareció un
relato atractivo para nuestros lectores y a continuación lo compartiremos con
ustedes citando algunoscasos. Veamos:
“Hace 11 años,
Angie Sanclemente Valencia era coronada como Reina del Café en su país, Colombia. Pero esta bella modelo no solo
se dedicó a las pasarelas sino también al narcotráfico, según falló ayer la
justicia de Argentina. Sanclemente fue condenada por participar en una trama
que llevaba cocaína de Buenos Aires a España con escala previa en Cancún
(México). La modelo, según la sentencia, se encargaba de reclutar a bellas
jóvenes en Argentina para que oficiaran de mulas para trasladar la droga.
“La historia de
Sanclemente no es la primera ni única en la que una modelo o reina de belleza
latinoamericana se involucra en el tráfico de drogas. En una región en la que
prolifera una industria alrededor de las miss y en la que sobran las
mujeres atractivas, los ricos narcotraficantes buscan rodearse de esta clase de
novias, esposas y amantes. En más de una ocasión, las parejas de los narcos
terminan involucrándose en el negocio. Sus habilidades para los números a veces
superan a las de sus acompañantes, según el periodista y escritor Víctor
Ronquillo, autor del libro La Reina del Pacífico y otras mujeres del narco.
La vida de las narconovias también está retratada en Las muñecas
de los narcos, de Andrés López y Juan Camilo Ferrand, Las Fantásticas,
de López, Jaque mate, de Rosso José Serrano, y Amando a Pablo,
odiando a Escobar, de Virgina Vallejo, la pareja de Pablo Escobar, el
famoso líder del cártel de Medellín (1949-1993).
En 2006, dos
modelos argentinas, María Belén Téllez y Jessica Almada, fueron detenidas en
Barcelona cuando llevaban en sus maletas 18 kilos de cocaína. Estuvieron presas
durante 15 meses hasta que la justicia española comprobó que la droga
pertenecía al manager que las acompañaba. Tras salir del presidio,
Téllez escribió un libro, Diario personal, y Almada posó desnuda para
la revista Interviú. En julio pasado, otra modelo argentina Daiana
Antivero, de 18 años, fue arrestada en el aeropuerto internacional de Buenos
Aires, el de Ezeiza, cuando llevaba 5 kilos de cocaína con rumbo a Holanda.
También fueron detenidos su novio, holandés, y otras cuatro personas.
“La mexicana
Laura Elena Zúñiga Huizar había sido elegida Nuestra Belleza Sinaloa 2008 y al
año siguiente fue detenida en su país cuando estaba junto a integrantes del
cártel de Jalisco, armados y con miles de dólares en efectivo. Zúñiga permaneció
40 días arrestada y finalmente fue liberada porque se la halló inocente.
Después de aquel episodio, reanudó su carrera de modelo. En Perú, la vedette
Paola Ruiz pasó 15 días en prisión porque era investigada por su relación con
un narcotraficante de su país. Su compatriota Malú Costa, también actriz,
cumple desde 2007 una condena de ocho años por colaborar con su novio en la
venta de pastillas de éxtasis en discotecas de lujo de Lima.
“En Bolivia, en
febrero pasado, fue arrestada por unos días la modelo Mariana Molina, reina del
carnaval de Santa Cruz de la Sierra, porque estaba sospechada de ser testaferro
de un cártel de drogas de su país. La joven de 20 años tiene dos coches
valorados en 73.000 euros, en uno de ellos llevaba 7.300 debajo del asiento, y
una vivienda que cuesta 102.000. Ella declaró que todo eso se lo “habían
regalado los hombres casados con los que salía”.
La modelo
colombiana Juliana Sossa, Miss Turismo Antioquía 2008, fue detenida el pasado
enero en México junto con otras seis personas. Se la presume vinculada con el
tráfico de drogas por su supuesto noviazgo con un acusado de narcotráfico. Rubias
y voluptuosas. Así las quieren los narcotraficantes. Su dinero las atrae. Su
violencia las secuestra. Y algunas veces su negocio las corrompe”. (3 noviembre 2011 – 16:15 C,
Diario El País).
Esa es la vida
más fácil de asegurar el futuro utilizando las herramientas del placer que Dios
puso en ellas. Cada quien es dueño de su destino, de sus éxitos y fracasos. ¿Y
quién no las desearía?