Ocurrió en un pueblo del Suroeste. Una señora que había
alquilado una casa para uso político del PRD (Partido Revolucionario Dominicano),
recibió la visita de unos funcionarios
del gobierno para que les rentara la misma para un comando del PLD (Partido de la Liberación Dominicana). El PRD
pagaba dos mil pesos por mes y los del gobierno le ofrecieron diez mil.
La mujer, con todo y ser persona honrada, sintió un movimiento en su interior. Se le
originó un debate entre conciencia e intereses: tanta pobreza, gas caro, medicina
cara, energía eléctrica cara. No pudo
soportar aquello y habló con quien había negociado con ella por parte del PRD,
el doctor Dagoberto Rodríguez Adames.
El ex senador por
Independencia le abrió los brazos y por la persuasión logró retener el local, pero hubo de
resignarse al aumento de la paga
mensual. Aunque no se cumplió plenamente el objetivo del partido de gobierno, su asechanza le dio
algún resultado, con el consiguiente perjuicio para el partido de la oposición,
que luce puntero en las encuestas.
Por ese estilo andan dirigentes del PLD y del gobierno
por el territorio nacional. Los medios de comunicación, pequeños o grandes,
están abiertamente en su mira. El asunto es
desalojar de la radio y la televisión espacios arrendados por
comunicadores que no apoyan la candidatura presidencial de Danilo Medina. Se
les ofrece más dinero a los dueños de
las estaciones o se les amenaza con el retiro de publicidad estatal.
Periodistas y comentaristas con alguna incidencia en sus
respectivas provincias reciben ofertas en algunos casos llegan hasta los 45 mil pesos por mes, con tal de
que “firmen” con la candidatura oficial. La
compra de emisoras por parte de nuevos millonarios peledeístas,
es una cuestión de mayor rango.
Danilo Medina, el candidato peledeísta, definió como un
acto de desesperación el anuncio realizado la pasada semana por el senador Félix
Bautista, dirigente del PLD, en torno a
la desmentida escogencia de Margarita
Cedeño como candidata a la vicepresidencia de la República. La presión de los seguidores del Presidente Fernández ha culminado con el señalamiento de la esposa del mandatario para la segunda posición
electiva.
¿Quién se desespera en el PLD? Muchos actos de funcionarios del gobierno
permiten apreciar síntomas de desesperación entre sus actores. Por ejemplo, que
el Banco Central mantenga una campaña de
publicidad reclamando “continuar” el progreso y la estabilidad, es acto de desesperación.
La crisis creada en la Junta Central Electoral, por el sospechoso
interés de controlar el centro de informática, contribuye a crear en la
población la idea de que el PLD ganará como quiera. Alguna gente cree que
“el fraude ya está montado”. Si a esto se suma que el PLD ha contratado
unas encuestadoras brujas que de repente suben a Medina del sótano al primer
lugar, la percepción negativa podría
acentuarse.
Vale recordar que en la campaña electoral de 1978, en la cual el entonces minúsculo PLD no tenía nada que
buscar, mientras el PRD se esforzaba en poner fin a doce años de gobierno impopular y corrupto de Joaquín Balaguer, el PLD repetía: “Quien crea que le va a ganar
a Balaguer está loco o es sinvergüenza”.
El PLD sabe que desmoralizar al adversario es un arma política. Por
eso siembra el pesimismo. El pueblo
está hastiado de los doce años de
gobierno peledeísta. Está claro que, como en
1978, no habrá fuerza que pare el anhelo
popular de quitarse de encima un
gobierno plagoso y fatídico. Por eso se
desespera el PLD.