El incremento de las cesáreas en las clínicas privadas dominicanas está vinculado con la comercialización de la medicina, ya que hacerla le representa al centro de salud y al personal médico ingresos que no recibirían si el parto es normal.
Desde que una mujer sale embarazada, comienza a ser manipulada, desde un pronóstico inexacto del parto, hasta la sugerencia
de conveniencia de una cesárea.
En algunos casos el negocio es doble, porque además de los dividendos que deja la cesáreas, muchas de las mujeres, en espacial las
de ciertos poder económico, optan por un tratamiento especial para eliminar las cicatrices dejadas.
La comercialización de los servicios de salud ha dado como resultado a una situación que ha alarmado a organismos nacionales
e internacionales del sector salud.
Carlos Gril, asesor de salud materno infantil de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), calificó de “inaceptables”
las cifras de cesáreas que se manejan oficialmente en la República Dominicana, como son un 40% en hospitales de alta complejidad, y un 90% en centros de salud privados. y sostuvo que estas tasas “no deberían de pasar, en ninguna de las circunstancias, de un 15 por ciento”.