<b>Hipólito
Mejía sabe que lo están asechando. Sabe que lo persiguen con cámaras,
camarógrafos, periodistas y comentaristas de radio y televisión. Sabe quién los
manda y quién les paga. Sabe que cualquier palabra o gesto, será utilizada para
mostrarlo desproporcionado tanto en lo que dice como en lo que hace.</b>
El
marxismo enseña que uno se divide en dos; que nada es tan malo que no tenga
nada bueno. Y que nada es tan bueno que no tenga nada malo. Las dos caras de la
moneda.
Es
cierto que Trujillo fue un dictador sanguinario y cruel, perverso y ladrón, que
merecía morir asesinado como Tachito
Somoza, de un bazucaso en el pecho. Pero ese mismo Trujillo, de acuerdo con los
historiadores, algunos del gobierno, reconocen los aspectos positivos de la
dictadura.
Quienes
estaban en el encuentro con los militares y policías retirados saben que
Hipólito no dijo que restablecería el servicio militar obligatorio, que tampoco
dijo que instauraría una dictadura, ni nada parecido. Habló de la necesidad de
disciplinar y ordenar el país debido al caos y el desorden en que el gobierno
del Partido de la Liquidación Dominicana nos ha sumergido. ¿Qué no debió citar
a Trujillo? Probablemente. Yo no lo hubiera hecho. Pero ocurre que yo soy
posterior a la era de Trujillo. Hipólito
no. Y es verdad que durante la dictadura de Trujillo había orden y disciplina,
que la educación pública de Trujillo era mejor que la de Leonel. Y la salud
también.
Pregunto,
¿Acaso no era el PLD el propulsor de una “dictadura con respaldo popular”? Hasta
donde sé, las dictaduras son dictaduras no importa que sean de izquierda o
derecha. Pregunto, ¿No hay en el gobierno y en el PLD trujillista confesos?
¿Quién nombró embajador a Bonillita, que en paz no descanse? ¿Y Vincho Castillo
guía y líder de Leonel? ¿No fueron Leonel y Danilo quienes hicieron un pacto
racista y perverso con Balaguer, “el más conspicuo de los esbirros
trujillistas”, para impedir que un demócrata como Peña Gómez llegara al poder?
El que quiera saber de autoritarismo que
escuche al secretario general del PLD, presidente del Senado y de la Asamblea
Nacional, Reinaldo Pared Pérez; que escuche a Euclides Gutiérrez Félix, a
Franklin Almeida, entre otros funcionarios.
El
país vive una dictadura propia del siglo 21, sin asesinatos por razones
políticas. Esta dictadura no mata opositores, los compra, los corrompe. No
asesina periodistas, los mata moralmente. Los aniquila llenándole la boca de
papeletas con nombramientos en embajadas y consulados sin que rindan ninguna
labor. A otros los nombra en la Junta Monetaria, en el Consejo del Banco de
Reservas o en cualquier otra institución del Estado. Algunos “colegas” facturan
dos y tres millones de pesos mensuales. La “Red de Comunicadores con Leonel”
tiene más de dos mil comunicadores en la nómina pública. Esa inversión, superior
a los seis mil millones de pesos anuales, garantiza la dictadura mediática. El
que no lo crea que vea la gran prensa, que escuche a la mayoría de los “líderes
de opinión”.
Ese
poderoso poder mediático es el que anda tras Hipólito para sacar de contexto lo
que diga, para empequeñecer las cosas buenas que haga o diga, y para magnificar
sus desaciertos. Esas bocinas, tan bien alimentadas con el erario, están
jugando un papel político de primer orden en estas campaña electoral (Yo fuera Hipólito no hablara con esa prensa)
¿Dictadura?
Los jefes de policía de Leonel han
matado más personas que Balaguer durante los primeros 12 años de su gobierno.
¿Dictadura? ¿Acaso no fue Leonel y Franklin Almeida quienes impusieron el
horario hasta las 12 de la noche? “Los quita gusto” violaron las leyes al
impedir el libre tránsito y el disfrute de la gente. (Nadie ha visto a un
borracho atracando) ¿Dictadura? ¿Acaso no es Leonel, Danilo y el PLD quienes
controlan todos los poderes del Estado incluyendo el “cuarto poder” que nunca
tuvo tantos cuartos como ahora? ¿Dictadura? Con la Tarjeta Solidaridad pronto en
cada hogar dominicano “Leonel es el Jefe”.
Y Danilo su lacayo.