Desde antes de
las 7:00 de la mañana, de lunes a viernes, cientos y cientos de conductores en
dirección a la ciudad atosigan los ya estrechos carriles que tiene la avenida
República de Colombia, que se ubica en la parte nordeste del Distrito Nacional.
Conductores que se dirigen a sus centros de
trabajo, padres que llevan a sus hijos a escuelas y colegios, guaguas y carros
del transporte público, camiones, camionetas y motocicletas forman a diario una
enorme cola que se extiende en ocasiones hasta por tres kilómetros, desde antes
de la entrada al nuevo Price Smart hasta llegar al Jardín Botánico.
En medio de esa situación, mínimo, un
conductor tarda hasta 40 minutos para superar esa distancia.
La situación, en vez de mejorar, tiende a
empeorar con el paso de los días, y por ello muchas personas han optado por
madrugar con tal de llegar a tiempo a sus centros de trabajo.
Pese a las
dificultades que ocasiona el enorme tapón que se arma todos los días, hasta
ahora nada o muy poco han hecho las autoridades de Obras Públicas, de Amet, de
los ayuntamientos del Distrito Nacional y la provincia Santo Domingo. Todo lo
contrario.
Como el fuerte
flujo de tránsito en las primeras horas de la mañana se produce en una sola
dirección, una posible solución sería habilitar uno de los carriles contrarios
para permitir una mayor fluidez en el movimiento vehicular, tomando en cuenta
que a esas horas es mucho menor la cantidad de vehículos que se desplaza en esa
dirección.
En ocasiones, cuando han ocurrido accidentes
en la avenida República de Colombia, la Amet ha habilitado un carril de
dirección contraria para agilizar el tráfico vehicular. Los embotellamientos
cotidianos del tránsito en la zona son eso, una emergencia cotidiana en que se
ven involucradas miles y miles de personas.
Se puede decir
que es un mal general en la ciudad, pero en esa zona eso es más que crítico.
Pero por lo
visto, la Autoridad Metropolitana de Transporte (AMET) tiene poco que hacer. Me
explico. A la entrada del exclusivo sector de Altos de Arroyo Hondo III, por la
avenida República de Colombia, han colocado un oficial de esa entidad, con
rango de mayor, con la exclusiva tarea de evitar que vehículos que circulen por
la congestionada vía cojan el atajo de ese residencial y así acortar tiempo y
distancia.
Para que no haya duda de que no están jugando
con conductores que “intenten equivocarse”, una grúa de plataforma es parqueada
al comenzar las mañanas de los cinco días laborables de la semana, mientras el
mayor de Amet se mantiene al frente de tres agentes de menor rango.
Pero eso no es
todo. Colocaron al menos 20 muros tipo “New Jersey” a la entrada de los Altos
de Arroyo Hondo por la Colombia, lo mismo que en el área de la isleta. Es
decir, obstruyeron uno de los pocos sitios para doblar en “U” o de giro a la
izquierda.
La
misión principal de Amet –se supone- es regularizar el tránsito vehicular en la
ciudad capital y en las más importantes urbes y caminos carreteros del interior
del país. Pero nunca salvaguardar una calle secundaria de un residencial para
evitar que la usen como vía alterna.
El enorme tapón que cada día se forma en la
avenida República de Colombia, en las llamadas ‘horas pico’ de la mañana parece
no quitarles el sueño a las autoridades de Amet, ni de la Policía Nacional, ni
de Obras Públicas, ni de los ayuntamientos. Apenas un agente es colocado para
“sofocar” -como se pueda- el nudo gordiano que se forma en la intersección de
la Colombia con la avenida Jacobo Majluta.
El caso es que ha crecido en forma vertiginosa
la cantidad de residenciales en la avenida República de Colombia, y eso
incrementa el flujo vehicular.
En algo estamos claros. Ninguna familia de los
Altos de Arroyo Hondo quiere levantarse a diario y ver y oler el smog frente a
su casa de las interminables hileras de vehículos en su residencial.
Pero, la crítica
situación diaria de los conductores que usan la República de Colombia obliga a
que se busque una solución ya.