VENTANA: Con un
servicio eléctrico tan endeble, no es prudente que los usuarios reciban facturas
con cifras excesivas, para luego tener que emplear gran parte de su tiempo en
reclamos.
Por lo que se ha visto, las empresas distribuidoras de electricidad
confrontan serios inconvenientes en la enorme tarea de aplicar precios justos a
los miles y miles de usuarios por la energía consumida. Y en esto hay que decir
que esa mala aplicación se da en negocios, instituciones y hogares.
¿Qué está pasando?
¿Es que los encargados de revisar los medidores “leen” estos a favor de las
Edes? ¿Desconocen la labor para la cual fueron contratados? Alguna de estas
interrogantes debe estar indisolumente ligada a los errores que ellos cometen,
en detrimento de las empresas que representan.
Un dato que
aporto. Cuando me mudé a mi casa, hace 10 años, tuve que sacar un medidor, y el
día que fueron a instalarlo, uno de los dos técnicos que envió Edesur,
llamándome a un aparte y en voz baja, me propuso “arreglar” el medidor por la
suma de mil pesos. Y me reclamó que su compañero de labor “no se entere”.
Le respondí que su
propuesta no estaba entre mis objetivos. De mil pesos bajó a $700, y al ver que
no conseguía su objetivo me dij “eh ma’, si uted no tiene dinero yo se lo
hago por $300”. Me di cuenta que ese “trabajador” lo que quería era algun
dinero a como fuera. Y no accedí. Después de eso, el medidor de casa ha pasado
la prueba de los “destapes” o revisiones que cada mes mandan a hacer las Edes.
Si hubiera accedido, la propia empresa me iba a condenar.
Otra cosa es que no
todos los clientes que acuden a reclamar al Protecom pueden cantar victoria.
Cada mes se
publica en la prensa que las empresas distribuidoras de electricidad deben
adjudicar a favor de sus clientes una suma millonaria en dinero por quejas
sobre cobros irregulares, o cortes indebidos del servicio.
A través de su
departamento de atención al usuario, la Superintendencia de Electricidad ha
resuelto desde el año 2004, unas 134 mil reclamaciones de clientes de las
distribuidoras eléctricas por quejas sobre cobros irregulares o cortes
indebidos.
En días recientes
los medios informativos divulgaron que las Empresas Distribuidoras de Electricidad
(Edes), a través del Departamento de Protección al Consumidor (Protecom)
deberán acreditar a sus clientes en próximas facturas la suma de $11.3 millones
de pesos cobrados en forma irregular.
Pero en el mes
anterior, noviembre de este año, las Edes tuvieron que devolver a sus clientes
casi $36 millones de pesos cobrados de más.
Así las cosas, las más recientes “devoluciones” que han
hecho las distribuidoras a sus usuarios son así: en diciembre Edeeste tiene que
devolver $8.7 millones de pesos, para un 76.9%; Edesur $1.2 millón, y Edenorte $1.3
millón.
En noviembre, de un monto global de $35.9 millones de
pesos, Edeeste debe acreditar a sus clientes, en próximas facturas $19.3
millones, para un 53.7%, Edenorte $14.2 millones, equivalente a 39.5% y Edesur
$2.3 millones, igual a 6%.
Como se observa, Edeeste lleva la delantera en
cuanto a cometer yerros en la facturación a los abonados. Esa y las otras dos
Edes deben poner las cosas en orden y evitar estar consumiendo esos tiempos en
un asunto que llevan las de perder.
Así las cosas. La
Superintendencia de Electricidad, a través de su Departamento de Protección al
Consumidor (Protecom) ha tenido, tiene y tundra que devolver (aplicando en
próximas facturas) a miles de clientes que presentaron sus quejas por
facturaciones excesivas o irregulares en que incurrieron las empresas
distribuidoras estatales Edenorte, Edeeste y Edesur.
El crédito a favor
de los usuarios está contemplado en la Ley 125-01 por alto consumo, medición,
cambio de tarifa, cortes irregulares, comercial, etc.
El superintendente
de Electricidad declaró a principios de diciembre que desde agosto del 2004 a
noviembre del 2011 se han reajustado a favor de los clientes la friolera de $1,170
millones de pesos, y que los clientes han resultado beneficiados con
acreditaciones por un monto global de $1,218 millones durante el período
medido.
