Madrid, 19 dic (PL) El próximo presidente del Gobierno español y líder
del conservador Partido Popular (PP), Mariano Rajoy, se comprometió hoy a
reducir el déficit público en 16 mil 500 millones de euros en 2012.
Durante su debate de investidura en el Congreso de los Diputados (Cámara
baja), Rajoy afirmó que el venidero año reducirá en esa cifra el
desfase entre ingresos y gastos para cumplir el objetivo de déficit de
4,4 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB).
Ese será el compromiso al que nos vamos a atener, enfatizó el dirigente,
en clara alusión a la disciplina presupuestaria exigida por la Unión
Europea (UE) a los 27 miembros del bloque, en particular a los 17 que
comparten la moneda única.
El futuro jefe del Ejecutivo ibérico anunció que la primera propuesta
que su administración llevará a la cámara baja será la ley que
desarrolla la impugnada reforma a la Constitución, pactada en septiembre
último entre el PP y el Partido Socialista Obrero Español.
Ese cambio introducido en la Carta Magna por conservadores y socialistas
prohibirá por ley un déficit superior al 0,4 por ciento del PIB a
partir del año 2020 para el conjunto de las administraciones públicas.
Sentará además las bases para un recorte progresivo del nivel de la
deuda pública hasta el 60 por ciento del PIB, desde el 66 por ciento
actual.
Según sus promotores, esta medida, también conocida como regla de oro,
pretende despejar las dudas de los mercados financieros sobre la
solvencia de la economía española, pero la opinión pública teme que se
traduzca en nuevos recortes sociales y laborales.
A juicio de Rajoy, esa modificación constitucional, a presentarse en
enero, es el fundamento de sus reformas y con ella, se congratuló, nos
adelantamos al resto de las naciones de la UE.
En otro tramo de su discurso de poco más de una hora, el máximo
responsable del PP señaló que la gravedad de la situación económica de
España apenas le permitirá actualizar el poder adquisitivo de las
pensiones en 2012, una de sus promesas electorales.
Este será el único y exclusivo aumento del gasto que me escucharán en el
día de hoy, advirtió el futuro ocupante del Palacio de la Moncloa (sede
gubernamental), tras pintar un panorama desolador.
Como prioridades de su plan de ajuste para los venideros cuatro años
mencionó el saneamiento de las entidades financieras, reformas en el
sector público para lograr mayor eficiencia y evitar duplicidades y una
profunda "modernización" de la legislación laboral.
También citó entre sus grandes retos potenciar la creación de empleo y
detener la "sangría" del paro, cuya cifra elevó a 5,4 millones de
desempleados, por encima de las cifras oficiales.
En su opinión el número de desocupados arroja el dato más dramático de la crisis económica.
Tras calificar de inaceptable que la tasa de abandono escolar alcance el
30 por ciento, Rajoy anticipó cambios en el sistema de educación, entre
ellos un bachillerato de tres años, en lugar de los dos actuales, para
mejorar la preparación de los universitarios.
En contraste con los severos recortes, puestos en marcha en ese sector
por numerosas comunidades autónomas administradas por su partido, indicó
que su gobierno trabajará para optimizar la enseñanza obligatoria y
gratuita hasta los 16 años.
Sobre su política exterior, subrayó el deseo de incrementar la
influencia de España en la toma de decisiones de la UE y vigorizar los
vínculos con Iberoamérica.
oda/edu