París, 23 dic (PL) Las relaciones entre Francia y Turquía enfrentan hoy
un momento de grandes tensiones tras la aprobación aquí de un polémico
proyecto de ley que condujo a Ankara a retirar a su embajador de París.
La víspera la Asamblea Nacional francesa adoptó una iniciativa
gubernamental para penalizar con un año de cárcel y 45 mil euros de
multa a quienes nieguen que hace casi un siglo el imperio otomano
cometió un genocidio contra la población armenia.
Turquía no reconoce ese genocidio y afirma que las muertes de armenios
entre 1915 y 1917 estuvieron dentro del contexto de la I Guerra Mundial.
Según el primer ministro turco, Tayyip Erdogan, el presidente francés,
Nicolás Sarkozy, pretende ganar votos a través de la aprobación de esta
ley, impulsada por la diáspora armenia.
Erdogan acusó a Francia de haber cometido un genocidio en Argelia durante la ocupación colonial del país magrebí.
Aunque el proyecto de ley aún debe ser aprobado por el Senado, el
embajador turco en París volvió hoy a su país y Ankara suspendió los
vínculos políticos y militares con Francia.
En un intento por calmar los ánimos, el ministro francés de Asuntos
Exteriores, Alain Juppé, hizo un llamado este viernes "a la sangre fría y
a la mesura".
De acuerdo con Juppé, la iniciativa del proyecto de ley "no era oportuna, pero el Parlamento ha votado".
El canciller admitió que será difícil intentar retomar las relaciones, pero confió en que el tiempo hará su trabajo.
En este país residen unos 350 mil ciudadanos turcos y el comercio bilateral alcanzará este año los 12 mil millones de euros.