SANTO DOMINGO.- En la República Dominicana no existe una política de mantenimiento vial. Laspequeñas o modestas inversiones, tannecesarias para asegurar la utilidad social y la durabilidad de las obras públicas,no encajan en el esquema del actual gobierno, definitivamente partidario de los proyectos faraónicos y de los grandes presupuestos.
Para muchos resulta insólito, por ejemplo, queel Gobierno se gaste por vía del endeudamiento externo unos 300 millones de dólares en la construcción delCorredor Duarte de Santo Domingo y sin embargo no pueda consignaruna pequeña partida para rehabilitar, señalizare iluminar los elevados de la avenida John F. Kennedy, convertidos en una peligrosa trampa nocturna, especialmentepara los conductores que no conocen de memoria la división y eltrazado de los carriles, opara señalizar e iluminar la tenebrosa entrada a la capital desde la autopista Duarte.
Ya se sabe que las pequeñas obrasno representan una tajadaatractiva para al barril sin fondo de la corrupción peroalgunas cosas deben hacerse bien, aunquesolosea para guardar las apariencias.
El caso de Puerto Plata es muy representativo. Las dos carreterasque comunican esa importante zona turística con Santiago y parte de la Línea Noroeste, se encuentran en pésimas condiciones para el tránsito vehicular, pero antes de disponer el acondicionamiento de esas vías el gobierno ha optado porconstruir una nueva carretera entre Navarrete y Puerto Plata.
La carretera turística Santiago Puerto Plata, de 52 kilómetros de extensión, está prácticamente inservible desde hace varios años debido a los derrumbes registrados en algunos puntos de la vía, pero también por la falta de mantenimiento. Mientras tanto, la ruta de 45 kilómetros entre Navarrete y Puerto Plata, con muchos baches y ninguna señalización, debería ser declarada de peligro público, como han solicitado voceros de la provincia.
En Puerto Platase preguntan por qué las autoridades no destinan algunos recursos para mejorar las dos carreteras existentes, en lo que seinicia y termina la nueva vía, considerandoque estamos en plenatemporada alta del turismoy la Costa Norte debe contar consus mejores recursos. Entre esos recursos está la cercanía con la ciudad de Santiago, que por demás ya se ha embarcado en un proyecto de desarrollo turístico que también necesita a la Costa Norte como atractivocomplementario.
Por cierto, el 25 de abril del 2010, en plena campaña electoral,el ministro de Obras Públicas, Victor Díaz Rúa, anunció en Puerto Plata que ya el Gobierno había entregado 40 millones de dólares a la firma colombiana DOVICON para iniciar la construcción de la carretera Navarrete Puerto Plata. Ver publicación de la fecha (Ministro de Obras Públicas anuncia inicio de obras en Puerto Plata: http://hotelesenhoteles.com/?p=7811) Se ignora el uso y el destino de esos recursos yaque la obra está totalmente paralizada.
Tampoco hay una razón válidapara explicar el progresivo deterioro de laautopista Duarte desde Santo Domingo a Santiago yla carretera Duarte, a lo largo de toda la Línea Noroeste, ni el abandono totalde las carreteras del Este, entre ellas Hato Mayor Sabana de la Mar, Sabana de la MarMiches, Miches Nisibón, y Miches El Seibo, comunidades todas con formidables recursos para el turismo, la agricultura y la pesca, que durante los últimos años han sido severamente afectadas por elmal estado de sus vías de comunicación.
En la misma situación hay que incluir los tramos carreteros Azua Barahona y BarahonaEnriquillo, que también han sufrido un marcado deterioro debido a la falta de mantenimiento. Ojalá que el gobierno escuche y rectifique. Si no,que el país tome nota (25 de diciembre 2011)