Apoyado en el Pacto de las Corbatas Azules que
firmó con Miguel Vargas, sin que la dirección del Partido
Revolucionario Dominicano que presidía Ramón Alburquerque lo discutiera
y aprobara, Leonel logró una Constitución a su medida, lo que le ha
permitido acumular enorme poder sin violar la ley.
Gracias al Pacto de las Corbatas Azules el presidente Fernández ha
legitimado el control de los poderes del Estado. El último acto es la
“elección” de los jueces que integran las “Altas Cortes”, criticado por
el candidato Hipólito Mejía y bendecido por el presidente de facto del
PRD, Miguel Vargas.
(En el PRD parecen haber dos líneas de mando, la que proviene de
Hipólito Mejía que representa más del 98% de los perredeístas, y la que
encarna Miguel Vargas en representación de sus intereses que parecen ser
los del gobierno de su socio Leonel Fernández).
Los jueces seleccionados, salvo raras excepciones, son el resultado
de las negociaciones secretas, donde siempre sale beneficiado Leonel, no
el PRD ni el país.
Con mayoría de jueces en la Suprema, en el Tribunal Superior
Electoral y en el Constitucional, no habrá manera de enjuiciar a los
depredadores del gobierno del PLD.
Los presidentes de los tres órganos superiores de la Justicia jamás
firmarán una sentencia que perjudique a los integrantes de la corte de
Fernández, ni al propio mandatario. Para eso fueron escogidos.
La elección por seis años de alcaldes, regidores, legisladores,
miembros de la Cámara de Cuentas y de otros estamentos, es el resultado
de un plan para que Leonel continuara en el poder hasta el año 2016
cuando pretende volver al Palacio Nacional.
Ahora Leonel hace esfuerzo para imponer un presidente títere. Danilo
Medina no era el hombre ideal para sustituirlo, porque no le merece
confianza por más que lo intente. Ante esa realidad, impuso a su mujer,
que es la extensión de su poderoso brazo. Y no dudemos que, ante
cualquier eventualidad, ella sustituya al candidato, un hombre sin
carácter y sin coraje.
Domingo 8 de enero 2012<br>