Bagdad, 14 ene (PL) Al menos 30 personas murieron y otras 80 resultaron
heridas hoy por un ataque suicida en la sureña ciudad de Basora cuando
entra en su apogeo la celebración musulmana chiita del Arbaeen,
informaron fuentes oficiales.
El atentado fue ejecutado por un fanático, presumiblemente sunnita, que
se disfrazó de policía y se mezcló entre miles de peregrinos asistentes
al festival del Arbaeen (40, en árabe), pero otros testigos dijeron que
se trató de un hombre que repartía pastel a los caminantes.
Miembros de las fuerzas de seguridad acordonaron el área en previsión de
una operación en serie, muy comunes en estas fechas de conclusión de
los 40 días de luto después del Ashura.
El Ashura es el décimo día del mes de Muharram (del calendario islámico)
y rememora la muerte del Imán Hussein, nieto del Profeta Mahoma y uno
de los más venerados en el Islam chiita, en la batalla de Karbala (Irak)
por tropas del califa Yazid, en el año 680 d.n.e..
Según estimaciones oficiales, unos 15 millones de musulmanes llegan
hasta Karbala, pero los peregrinos del sur de este país que no pueden
visitar allí el santuario del Imán Hussein, suelen realizar un viaje
corto a Khutwa Imán Alí, unos 12 kilómetros al oeste de Basora.
Medios televisivos locales comentaron que la violencia registrada hoy
está relacionada con el aumento de las tensiones sectarias desde que el
primer ministro iraquí, el chiita Nouri Al-Maliki, lanzó una ofensiva
judicial contra el vicepresidente sunnita, Tareq Al-Hashemi.
Días después de concluir los casi nueve años de ocupación militar
estadounidense de Irak, Al-Maliki consiguió que la justicia acusara de
supuestas acciones terroristas y ordenara el arresto de Al-Hashemi, uno
de los líderes de la coalición opositora Al-Iraqiya.
El conflicto sectario amenaza con reanimar los enfrentamientos entre
chiitas y sunnitas, azuzados por Estados Unidos, de ahí los esfuerzos de
líderes kurdos, incluido el presidente iraquí, Jalal Talabani, para
realizar a finales de enero una conferencia de diálogo nacional.
Las autoridades movilizaron a unos 35 mil policías y militares,
incluidas 500 mujeres agentes, para registros corporales y decomiso de
armas y objetos que puedan alterar la tranquilidad durante el Arbaeen,
el primero de los últimos nueve años que asumen solos los iraquíes.