El objeto de este trabajo es establecer las razones de existir de un movimiento político demó¬crata-cristiano en la patria de Duarte, Sánchez, y Mella y los rasgos diferenciales que lo de¬finen en la vida política contemporánea. No se trata de realizar un estudio histórico, sino de hacer un análisis breve y conciso de sus aspectos fundamen¬tales
.Los movimientos demócrata-cristianos no son círculos puros de pensamiento y de doctrina, sino grupos de acción ideológica, filosófica y doctrinaria. Sin embargo, no deja de ser oportuno un momento de reflexión sobre este tema, porque, comprometidos cada vez más con las res¬ponsabilidades que la acción supone, ante los pro¬blemas candentes de nuestras realidades sociales, nos vamos empeñando dentro de los combates a que las circunstancias nos obligan y podemos, en un momento dado, hallarnos desorientados en la fijación de los principios que nos lanzaron a la lucha del pueblo.
En la reunión del Comité Mundial de la Demo¬cracia Cristiana celebrada en Munich, el año de 1966, los organizadores tuvieron la idea de invitar a dos profesores para hablar acerca de la DEMOCRACIA CRISTIANA. Uno de ellos, joven universitario alemán de mucha fama, el Dr. Hans Meier, y otro, un distinguido político belga, autor de un manual sobre Ciencia Política, el profesor Robert Houben. En aquella oca¬sión, con gran preocupación de nuestra parte, el profesor Houben, quien fue el primero en intervenir, comenzó por preguntarse si debía haber o no par-tidos demócrata-cristianos, no sólo desde el punto de vista de la denominación, sino desde el punto de vista de la esencia.
Naturalmente, nuestra impresión fue que la pre¬gunta era ociosa en una reunión del Comité Mundial de la Democracia Cristiana, sobre todo porque nues¬tros partidos demócrata-cristianos no son una reali¬dad sólo por la voluntad de sus dirigentes, sino por la decisión de sus militantes y de millones de elec¬tores, que creen en la Democracia Cristiana, luchan por ella y esperan que ella logre soluciones defini¬tivas para los problemas fundamentales de nuestro tiempo.
Ni siquiera su denominación ha sido el resultado de una actitud preconcebida. Debemos reconocer que el triunfo político electoral de los partidos demó¬crata-cristianos en Alemania e Italia, después de la Segunda Guerra Mundial, contribuyó a la popula¬rización de este nombre. Pero él se adoptó, no por razones puramente circunstanciales, sino por la ne¬cesidad de identificar un mensaje ante la opinión pública, en un momento en que esos países se encontraban en total desconcierto, después de haber sufrido la tragedia de la guerra y de la derrota. No se trataba entonces de comenzar, como hicimos en otros países, un movimiento ideológico para que derivara en la constitución de un partido político.
Se trataba de dar una respuesta inmediata a los pueblos angustiados y desorientados sobre la situación del momento. Esa respuesta tenía que ser muy clara; de allí que la adopción del nombre Democracia Cristiana fuera casi una necesidad.
Fueron muchos, sin embargo, los partidos políticos demócrata-cristianos que comenzaron su lucha sin adoptar esa denominación oficial. En América Latina, por ejemplo, los primeros movimientos demócrata-cristianos no la utilizaron. El más antiguo de ellos, la Unión Cívica del Uruguay, hace sólo relativamente poco tiempo decidió transformarse, cambiar de de¬nominación y adoptar la de Partido Demócrata-Cris¬tiano.
El Partido Demócrata-Cristiano Chileno empezó por Falange Nacional, y sólo vino a conver¬tirse en tal después de la gran campaña de movili¬zación de masas realizada en el año1958 alrededor de la candidatura presidencial de Eduardo Freí. Nosotros, aquí en la Republica Dominicana después de Venezuela con la formula COPEI, adoptamos una denominación de partido revolucionario social cristiano (PRESC) que nace, de la iniciativa de un grupo de intelectuales profesionales técnicos denominados el MACHETE VERDE con el eslogan dignidad, libertad y justicia social este movimiento bajo la orientación de laicos católicos que nacen de la misma entraña de la iglesia y mas tarde el convencimiento de cientos de evangélicos que interpretaron las enseñas de san Agustín en sus dos versiones las ciudad de Dios y las ciudad terreno.
A principio de la época del 60 cuando llegaron esos jóvenes entusiastas de esa escuela de formación de líderes de la democracia cristiana auspiciada desde Venezuela bajo la dirección del Dr. Alfonso Moreno Martínez, el Ing. Caonavo Javier Castillo, Gabriel del Rio Doñe, José Gómez Cerda, Henrry Molina entre otros que han partido al encuentro con Dios:
ORLANDO HOLGUÍN – VERAS Y SALOMÓN LAMA: Victimas jóvenes de la injustificada violencia de aquellos tiempos; siempre de los primeros, hasta morir.
2) LUIS REYES ACOSTA: Mártir del estadillo revolucionario del 1965.
periodista veraz y laborioso, fusilado por buscar la verdad.
3) OTTO DARÍO PELLETIER: Azuano tranquilo, leal y consecuente.
4) DR. LUIS GIL: Propulsor de la medicina social en Nagua.
5) DR. HERADIO PANIAGUA: La técnica jurídica al servicio de los
trabajadores.
6) VÍCTOR, IVÁN Y VIENTE LÓPEZ: Trilogía de batalladores sin pausas.
7) PORFIRIO ZARZUELA: Entregó su vida a la organización sindical.
8) ARQ. GUILLERMO ALFAU: Bondad y sonrisa permanentes.
9) JULIO GUERRER Ejemplo de periodismo no puesto en subasta.
10) ARMANDITO AYBAR: Héroe y mártir del 1965. Valiente y audaz. Acribillado en el intento de tomar el Palacio Nacional. Imposible de olvidar su cadáver, portando su humeante fusil en un charco de sangre que bañó la Calle 30 de Marzo.
11) DR. EDDY RAFAEL GARCÍA: Amasijo de verbo encendido y actitudes
radicales. Su voz estuvo presente en el programa radial: “Avance social
cristiano”, en los momentos más difíciles.
12) ELISEO CANDELARIO (PANYE): Sereno y humilde, pero tenaz en la lucha sindical.
13) “CARLITO” SÁNCHEZ: Nació y murió como un guerrero del pensamiento social de la iglesia encarnado en la democracia.
Al principio al movimiento revolucionario social cristiano no aspiraba a convertirse en partido polito si no en un movimiento independiente electo toral bajo dos conceptos bajo y definido el primero de ellos democrático y el segundo doctrinario ideológico y filosófico
Aunque indicábamos ya la voluntad de organizamos políticamente, lo que explica las letras machete verde. La populari¬zación de este nombre en el corazón del campesinado dominicano y principal mente en la clse obrera fue la llama inspiradora para que la iglesia tuviera que tomar una decisión y definir cual era la parte social y política de estos lideres y la parte de luz que crecía en el corazón de la gente, en un momento en que había una intensa movilización nacional y en que la vida del partido fue signada por una controversia aguda y conmovió fuertemente la conciencia pública, hiso que todavía hoy, cuando su denominación oficial es la de Partido Verde Social Cristiano o Demócrata Cristiano porque ambas tienen según los estatutos carácter oficial y equivalente, se siga conociendo en la terminología política del país, y hasta en el extran¬jero, con el nombre PRSC.
Si la denominación resulta de una composición en¬tre el elemento democrático y el elemento cristiano, esos dos elementos tampoco constituyen ingredientes separados; porque entendemos la democracia a la luz de la filosofía cristiana, y entendemos el cris¬tianismo en su manifestación y vivencia democrática.
Pero además, nos atrevemos a sostener, como lo sostuvimos en aquella reunión de Munich, que ser demócrata-cristiano no es una simple suma de ser democrático y cristiano; podemos encontrar, y de hecho los hay en la vida política, individuos o grupos que son demócratas y que son cristianos, y, sin embargo, no son aún demócrata-cristianos. Hay que precisar entonces, el carácter específico que distingue y define como tales a los partidos demócrata-cris¬tianos.
Para nosotros los verdes social cristiano, lo primero es el pueblo. La democracia es gobierno del pueblo y Verdaderamente, tenemos que darle su propio sentido y fortalecer la conciencia de su sujeto, que es el pueblo. El pueblo es un conjunto orgánico de personas humanas. Por eso, la idea de la persona humana y su dignidad, viene a ser para nosotros elemento fundamental de la idea democrática y participativa no puede haber verdadera democracia si la persona humana no es respetada, porque ella es el ingre¬diente indispensable del pueblo, considerado, no como simple masa, cantidad a la cual se atribuyen determinadas prerrogativas, sino como sujeto cons¬ciente y responsable de sus actos y decisiones. De manera que el aseguramiento de la idea de la persona humana, de su dignidad y libertad es para nosotros fundamental e indispensable dentro de la idea de democracia. El pueblo, para los demócrata-cristianos, representa una comunidad to¬tal; no hay exclusiones dentro del concept todos formamos el pueblo.
Como lo observa en su momento Maritain, hay una confusión semántica, que a su modo de ver no deja de ser feliz, en cuanto que la palabra 'pueblo' representa un todo pero también distingue en el lenguaje comuna la parte más necesitada, menos dotada de ese todo. Señala que es una lástima no existe en esta apoca de Dr. Leonel Fernández Reina.
La acepción, como en el inglés people, esto es, tu gente. Pueblo somos todos; no sólo la gente que más carece, que más necesita, que más sufre, sino todos los asociados. Podríamos decir que los que menos tienen y más sufren son mayoría del pueblo, ellos representan más característicamente la idea de pue¬blo, porque aisladamente no influyen mucho; pero sólo la comunidad orgánica que a todos comprende constituye el sujeto del poder público dentro de la vida común.
La valoración del concepto de la persona humana constituye uno de los elementos más característicos de la Democracia Cristiana dentro del pensamiento político de nuestro tiempo. Nosotros, por definición, por principio, por esencia, somos no sólo ajenos, sino contrarios a todo lo que envuelva menoscabo, disminución de la dignidad de la persona humana. Por eso, la demagogia es un recurso incompatible con la filosofía y actitud de la Democracia Cristiana; porque ella supone, no la elevación del pueblo, sino su relajación, su corrupción, su utilización como instrumento para lograr determinados fines; no la elevación de los elementos fundamentales de la con¬ciencia, sino la exaltación de instintos y sentimientos primarios, para manipularlos y usarlos en favor o en contra de determinados objetivos, relegando a la condición de instrumento a los que deben ser sujeto de la vida social.
La idea misma de la dignidad de la persona humana conduce a la necesidad del diálogo y con¬sideración permanente entre gobierno y pueblo; si el gobierno es la representación del pueblo, debe interpretar su voluntad. Hoy vemos a la republica dominicana del pues de la muerte del presidente Balaguer en un ambiente nubloso, indeciso, con política de estado fracasada donde un muerto revive a otro muerto y un presidente que no quiere que Danilo Medina lo sustituya.
Vendrán los días y los 10 votos que representamos en el país ayudaran a que uno gane y otro pierda con quien nos iremos no sabemos todavía pero es importante que quede bien claro que la voz de la justicia y la libertad que nada ni nadie la pueda callar, creemos en la clase trabajadora y en el pueblo creyente en la fe de Dios, seguimos trabajando creando comité electorales en cada esquina, en cada barrio, en cada pueblo, en cada provincia del país POR QUE SOLO EL PUEBLO SALVA EL PUEBLO.
18 de enero del 2012