Haivanjoe NG Cortiñas
A la administración del Estado dominicano en su acepción moderna, le ha
pasado lo mismo que a las organizaciones empresariales del país cuando
han ocurrido promociones a consecuencia de un mejor desempeño. Ambas
han visto como la incompetencia ha florecido con consecuencias negativas
para la nación y las empresas.
Aquí en la República Dominicana como en el resto del mundo el llamado
principio de Peter ha encontrado también evidencia en lo que la
administración de la cosa pública se refiere, y para muestra se puede
presentar el caso del Sr. Hipólito Mejía.
Durante el gobierno de don Antonio Guzmán Fernández en el período
1978-82, el Sr. Hipólito Mejía fue el secretario de Estado de
Agricultura, gestión gubernamental que por tan solo haber relevado los
12 años del presidente Joaquín Balaguer, tendría un éxito asegurado;
pero al margen de eso, lo cierto es que durante el gobierno del
presidente Guzmán, los aciertos fueron más que los desaciertos,
incluyendo la del Secretario de Agricultura de entonces.
Esa gestión relativamente exitosa les permitió a varios funcionarios
encontrar una buena valoración en la sociedad dominicana, llegándolo a
proyectar y a promoverlo a posiciones más altas y hasta la más alta del
país, como es la de ser su Presidente.
Ese fue el caso del Sr. Hipólito Mejía, agrónomo de profesión, quien
desarrolló una relevante gestión para el sector de la economía más
importante de la época, el agropecuario; pero como todo lo que es
dialéctico, en esa misma administración se estaba incubando la
incompetencia, o lo que vale decir, el secretario estaba llegando a su
nivel máximo de competencia.
Veamos por qué, durante el período 1978-82, el sector agropecuario
creció en promedio alrededor de 5.0% anual, siendo este el quinto más
importante de los que crecieron en esos años. El país tuvo una oferta
alimenticia de origen agropecuario suficiente, situación que se derivó
en una valoración positiva por parte de la población.
Esa valoración incluso fue utilizada como parte de la plataforma
estratégica de la campaña electoral cuando el Sr. Mejía era candidato a
la presidencia por vez primera en el 2000 y que junto a otros elementos
contribuyeron a que el país lo promoviera a Presidente de la República
por cuatro años, encontrando en ese período gubernamental su nivel de
incompetencia.
El principio de Peter de la incompetencia en este caso encuentra
evidencia en los resultados económicos y sociales de la gestión del Sr.
Hipólito Mejía como Presidente de la República, veamos algunas muestras.
La tasa de inflación acumulada en su gobierno de %; el crecimiento de
la economía promedio anual a penas alcanzó el 3.0%; el tipo de cambio se
colocó hasta en RD$57.0 por US$1; y la cantidad de pobres aumentó en un
millón 600 mil nuevos dominicanos.
Como coralario del principio de Peter se podría decir que con el tiempo
todo servidor público cuando es promovido llega a alcanzar su nivel de
incompetencia y ese es el caso del actual candidato a la presidencia de
la República por el Partido Revolucionario Dominicano, Hipólito Mejía.
Ahora de nuevo el Sr. Mejía aspira a la Presidencia de la República;
pero el escenario no es el mismo del 2000, donde hubo espacio para su
promoción a un puesto más alto; hoy más bien se le podría aplicar aquel
aforismo que escribió José Ortega y Gasset en la década de 1910, cuando
afirmó “Todos los empleados públicos deberían descender a su grado
inmediato inferior, porque han sido ascendidos hasta volverse
incompetentes”.