Debemos pensar -sin pretender ser demógrafo-
que si en 50 años la población dominicana creció de millón y medio de
personas a 10 millones, lo natural es esperar que en 20 años los
dominicanos podrían ser un pueblo de aproximadamente 16 millones de
personas.
Eso, pese a que la tasa de natalidad que en los años
sesenta preocupó a muchos especialistas, ahora se nos habla de una tasa
de crecimiento moderada, considerada para países en desarrollo. Es decir
entre un 1.5 a menos de 2.0%.
Pero si el país no va poniendo su
población en posición de sustentar el crecimiento económico se va a
encontrar con que la tierra perdería su fertilidad; sería más difícil
aprovechar nuestros recursos hídricos –lo que nos queden- y el
abastecimiento a la población pudiera ser muy frustrante y precario.
Y
lo que acabo de prescribir arriba son parámetros para sociedades muy
atrasadas y con perspectivas de crecimiento económico muy escasas.
Sin
embargo, en los grandes servicios financieros se está considerando a la
Rep. Dom. muy por delante de esos países parias –como se les dicesin
perspectiva alguna de sostener un proyecto sólido de crecimiento
económico.
Recientemente la evaluadora Fitsch consideró que la
República Dominicana se sale del grupo de países en su entorno y que es
prácticamente el único que puede acceder a los mercados de capital con
la posibilidad de no sufrir trauma para colocar bonos de capital.
Eso
mismo ha dicho la evaluadora inglesa The Economist y otra empresa
similar japonesa. Hablan de que no se dice “gran cosa” de las buenas
noticias de República Dominicana en el Caribe.
Sin embargo,
sabemos de inversiones probables para el país que abandonaron su
propósito al no encontrar aquí personal calificado que pudiera respaldar
esas inversiones, no solo el caso patético de Intel.
Y resulta
incongruente que de este país se vaya o deje de instalarse una empresa
que viene buscando personal capacitado y no lo encuentra. ¿De qué ha
valido el envío de tantos jóvenes a especializarse en el exterior… peor
aún: dónde están?.
O fue sencillamente que se quedaron y obró en
el caso una especie de “autoexilio”. Decir, por ejemplo, “yo estoy mal,
pero si vuelvo estoy peor porque no he sabido de nuevas oportunidades
allá”.
Esto hay que tomarlo con seriedad… primero que nada, que
esos jóvenes enviados a estudiar en el exterior regresen a su país a
engrosar la lista de técnicos de que dispone la economía… Es una
garantía de su presente, futur engrosar las posibilidades del país y
no solamente contentarnos con que equis cantidad de jóvenes fueron
enviados al exterior y regresaron, están empleados en el país y rinden
las funciones para las que estudiaron.
Sería muy frustratorio que
ese programa de especialización –pagado con fondos estatales- se
convierta en una suerte de lotería en donde los elegidos se convierten
en usufructuarios de los recursos del Estado sin que medie ninguna
responsabilidad con éste.
La educación superior cuesta en todas
partes del mundo y quien la pague con sus recursos privados puede hacer
con su inteligencia lo que quiera. Pero el que recibe el “palio” del
Estado debe pagarle a la sociedad –de cualquier manera- la inversión que
lo convirtió en un instrumento de realización económica.
Existe
abundante literatura sobre estas experiencias, y lamentos de países que
se resienten –como España y Uruguay- del caso de los profesionales
jovencitos que emigran hacia el exterior, especialmente ingenieros y
médicos.
El caso de los estudiantes africanos en China es el más
dramático, porque se trata de más de 15 mil becarios que ingresan
diestra o indirectamente a la capacidad productiva china.
Ya sea que se queden en China o regresen a sus países, si no se quedan.
Y serán parte del plantel chino para transformar al Africa. Es un fenómeno que debemos estudiar y entender correctamente.
Nuestro
gran desafío es que el “flux” le va a quedar chiquito al cuerpo del
niño que crece. Solo puede crecer hacia dentro, ya no hay tierras para
colonizar, solo podemos intensificar la producción de nuestro propio
espacio. ¿Endogamia?.
¿Cómo vivirán 18 -o- 20 millones de personas en esste “tarantín”.
¿Lo
lograremos?. Cuando eso llegue ya estaremos lejos: Ojalá el país pueda
conquistar su propio futuro, dicen que asi ha sido siempre.