El presidente Barack Obama dijo este martes que su propósito es hacer
que EE.UU. sea un país líder por la educación de sus jóvenes y que
tenga una economía perdurable en la que trabajar duro tenga sus
recompensas y donde se premie la responsabilidad.
En su discurso sobre el Estado de la Nación, pronunciado como es
costumbre ante una sesión conjunta del Senado y la Cámara de
Representantes en el Capitolio en Washington, el presidente resaltó la
importancia de que el país atraiga a “una nueva generación de
manufactura de alta tecnología y puestos altamente pagados”.
Obama destacó la necesidad de tener “una economía construida para que
perdure” y dijo que el país no puede conformarse con que a un número
reducido de estadounidenses les vaya muy bien y otros a duras penas lo
consigan. “Lo que está en juego no son los valores demócratas o
republicanos sino los valores estadounidenses”, subrayó.
Tratando de desvirtuar a quienes lo critican por el manejo que ha
hecho de la economía y subrayando las diferencias que lo separan de sus contendientes republicanos,
señaló que se opondrá “a cualquier esfuerzo encaminado para regresar a
las mismas políticas” que condujeron al país a la crisis económica.
“No, no vamos a regresar a una economía debilitada por contrataciones
externas, mala deuda y falsas ganancias financieras”, dijo y reiteró su
plan de incentivar a las corporaciones que traigan de vuelta puestos de
trabajo a EE.UU. y no ofrecer más alivios impositivos a las que hagan
lo contrario. También anunció que luchará tenazmente contra el fraude
financiero.
Aunque la Casa Blanca recalcó que el discurso de Obama no tuvo fines
electorales, una vez concluida su alocución prevaleció la impresión de
que uno de los propósitos del presidente fue el de tratar de ganarse a
menos de 10 meses de las elecciones la simpatía de los estadounidenses
de clase media, fuertemente golpeados por la crisis económica.
Con la mira puesta en temas como la industria manufacturera, la
educación, el desarrollo de fuentes de energía alternativas, y los
valores tradicionales del país, el presidente trató de persuadir a los
estadounidenses de que a pesar del alto desempleo (8,5 por ciento) y la
débil recuperación económica, para completar su tarea necesita estar al
frente de la Casa Blanca cuatro años más.
A diferencia del año pasado, Obama puso de relieve que en el 2012
Osama bin Laden ya no es más una amenaza para EE.UU y el país puso fin a
la guerra en Irak.
También a diferencia del pronunciado en 2011, cuando cerca de 43
millones de televidentes vieron su discurso, el de este martes tuvo
efecto mientras los aspirantes republicanos a la Casa Blanca Newt
Gingrich y Mitt Romney han transformado la campaña electoral republicana
en una feroz competencia de cara a las elecciones primarias de ese
partido el 31 de enero en Florida.
El discurso coincidió además con el día en que Romney, ex gobernador y
con una gran fortuna personal, divulgó su declaración tributaria
poniendo de manifiesto que paga menos impuestos que el común de los
estadounidenses, lo que le dio argumentos al presidente para defender su
tesis de que los millonarios deben aportar más al fisco.
Quienes critican su desempeño durante los últimos tres años en la
Casa Blanca dicen que aunque Obama cumplió con algunas de sus promesas
como la reforma de salud y el fin de la guerra en Irak, todavía están
por ver, entre otras, la reforma migratoria, el cierre de la base de
Guantánamo y el poner más límites a las emisiones de gases
contaminantes.
Como contrapartida el presidente hizo énfasis en que en ese período, a
pesar de la crisis económica, se salvó al país de un descalabro mayor,
se crearon más de tres millones de empleos, y se rescató a la industria
automotriz.
En materia de política exterior, Obama dijo que Washington seguirá
defendiendo el libre mercado y la democracia, aludió a la debilidad del
régimen de Siria, y reafirmó la determinación de EE.UU. de impedir que
Irán consiga hacerse de armas nucleares.
Entre los invitados especiales a
presenciar el discurso estuvo Mark Kelly, ex astronauta y esposo de la
congresista demócrata por Arizona Gabrielle Giffords, que recién anunció
su renuncia a la legislatura para concentrarse en su recuperación tras
haber sido víctima en enero del año pasado de un balazo en el cráneo que
milagrosamente no le costó la vida.
Para promover las ideas expuestas en su discurso, Obama viajará
dentro de tres días a cinco estados considerados de gran importancia
para poder obtener en noviembre la reelección: Iowa, Nevada, Arizona,
Colorado y Michigan.