Hanoi, 25 ene (PL) Los vietnamitas, como todo asiático que crea en el
horóscopo chino, recibieron entusiasmados el recién nacido año lunar,
porque lo rige la mejor criatura posible: el dragón.
Criatura poderosa y recurrente en mitológicas tan distantes como la
europea y la asiática, el dragón es altamente respetado por su poderío y
gallardía, y su reinado celestial es considerado propicio.
Por eso muchas parejas quieren tener hijos bajo su signo, pues así el
bebé adquiere las virtudes de la descomunal serpiente que vuela y
respira fuego, y cuya impronta salta por todo Hanoi.
De hecho, esta milenaria urbe nació con el nombre de Thang Long o Dragón
en Vuelo, porque su fundador, el rey Ly Thái To, creyó ver en una nube
la forma de la criatura que cuida los tesoros celestiales.
Además, en el palacio real abundaban las referencias a este ser, para
recalcar el poderío de los emperadores: "Long sang" era su cama, "Long
bao" su vestimenta y "Long xa" su carruaje.
En lo espiritual, el dragón lidera los cuatro animales sagrados de
Vietnam, junto al tigre, la tortuga y el ave fénix, y cuenta la leyenda
que por las venas vietnamitas fluye sangre de dragonina.
Cuentan que el padre Lac Long Quan, con linaje de dragón, se casó con la
madre Au Co, un hada de raza hada, y de su unión salieron 100 huevos, y
de cada uno nació un hijo, formando las etnias nacionales.
Su imagen apareció temprano en la cultura de Dong Son, Au Lac, en
adornos que reproducían su sinuosidad, curiosamente similar a la
geografía de esta nación indochina, con forma de letra S.
Aquí lo veneran además como un espíritu de la nube, la lluvia, el trueno
y el relámpago, asociado a la fertilidad de la agricultura y por ende, a
la prosperidad de las cosechas y de la nación.
Los dragones abundaron en relieves y construcciones de la antigua
capital imperial de Hue, con un auge en la dinastía Nguyen, de fuerte
influencia cultural china.
También puede vérseles en el mausoleo del emperador Tu Duc y en el
templo de Truong Sanh, donde hay una escultura de roca de nueve
dragones, los mismos que nombran al delta del Mekong (Cuu Long).
Otra manera de rendirle culto fue mediante la danza popular del dragón,
en juegos infantiles y en biombos donde se le reproduce doblado en 12
partes, una por cada mes del año.
Si antaño fueron la arquitectura y la pintura las manifestaciones
artísticas que veneraron al dragón, a propósito del Milenio de Hanoi fue
estrenado un filme en 3D titulado "El dragón vietnamita".
Tal novedad cinematográfica causó sensación, tanto por el uso de las más
modernas tecnologías de animación, como porque tocó ciertas fibras
sentimentales de la idiosincrasia y el orgullo nacional.
Y si una criatura tan poderosa y flexible llevará las riendas de su
destino este año, los vietnamitas esperan que sus líderes no sean menos y
guíen al país hacia un presente próspero y un futuro mejor.
ocs/cmv