La propaganda negra es un veneno que actúa tanto sobre las víctimas como sobre los victimarios. México vive una emergencia nacional en la que la propaganda del terror y el discurso de odio forman parte de una problemática que amenaza nuestra viabilidad como nación.
El antídoto para ese veneno sería concentrar nuestra energía en la construcción de un discurso de paz. Pero ese todavía no es tema de las campañas políticas. Por el contrario, la recomendación de asesores oficiales y oficiosos es que se utilice cualquier recurso para “destruir” al adversario. Pero hay que considerar que si se envenena el tejido social, si se envenena la política, termina envenenada la gobernabilidad.
El miércoles 18 de enero tuvo lugar el debate entre los precandidatos panistas. Quedó también registrado como uno de los días negros en el manejo de propaganda y desinformación. En charla con Jorge Castañeda, en su programa en Radio Fórmula, Ciro Gómez Leyva acusó a Pablo Hiriart y Ana Paula Ordorica de manipular un audio como parte de la guerra sucia contra Josefina Vázquez Mota. Casi a la misma hora, en el programa de Hiriart y Ordorica, la pre-candidata panista reconoció que tuvo una confusión mental durante la entrevista. Identificó como autores de la campaña negra para explotar su error a Federico Arreola y al portal SDP noticias. A pesar de la aclaración, Gómez Leyva nunca rectificó. Siguió engañando a su audiencia con la falsa interpretación de que Vázquez Mota había sido víctima de una trampa urdida por los comunicadores de Grupo Imagen.
El episodio es grave porque refleja falta de responsabilidad ante la audiencia y falta de consideraciones éticas en el manejo de la información. Si el audio hubiera sido trucado, como dijo Gómez Leyva, los comunicadores y la empresa merecían castigo ejemplar. Pero, ¿qué procede ante lo que hizo Gómez Leyva? Nunca debió aventurar juicios, pero si lo hizo y fue desmentido por la propia Vázquez Mota, debió reconocer su error ante la audiencia de su noticiario. No lo hizo.
Considero también grave la campaña de Jorge Castañeda en pro de la guerra sucia. En su colaboración para el programa de Gómez Leyva atacó a Vázquez Mota porque en el debate no se lanzó a matar. Dijo que el ganador había sido Cordero porque fue el único que articuló un buen ataque. Dos días antes, en el programa de Leo Zuckermann en Foro TV, Castañeda dijo que la única forma de bajar a Peña sería con una guerra sucia que “tirara a matar”… una guerra sucia “que tendría que ser nuclear”. ¿El único atributo de los políticos ha de ser su capacidad para generar discursos de odio? Una sociedad enferma genera pensamientos enfermos y actitudes enfermas.
Respecto al manejo propagandístico de las incoherencias de Vázquez Mota, hay algunas reflexiones que se generaron en Twitter que quisiera rescatar. El político de izquierda, Fernando Belauzarán, señaló: “La grabación era suficiente y su circulación totalmente legítima. Exhibir su incoherencia y ya. ¿Para qué la guerra sucia? #bumeran. Si se quiere tener autoridad para pedir que no haya guerra sucia y se eleve el nivel, se debe ser parejo. Además es convicción ética. El problema también es distinguir entre campaña negra y negativa.”
Suscribo cada una de estas reflexiones, aunque me generan sensaciones contradictorias, pues no deja de venir a mi mente una fotografía que circuló el 9 de julio de 2010. Mostraba a Fernando Belauzarán departiendo con Antonio Sola, quien se desempeñaba como estratega de campaña de quien fuera candidata por el PAN a la gubernatura de Tlaxcala. A Sola se le identifica como el creador de la campaña negra contra López Obrador en la elección presidencial del 2006. Al pensar en la foto Belauzarán-Sola también viene a mi mente la nota de El Universal publicada el 11 de enero en que Josefina Vázquez Mota se deslindó de prácticas relacionadas con campañas de guerra sucia y dijo que Antonio Sola era “un buen amigo”, pero no tenía una participación formal en su equipo. El 19 de enero, un día después del debate, Reforma publicó que en la casa de campaña de Josefina Vázquez Mota, el asesor español Antonio Sola mostró su satisfacción por el buen desempeño de “su” candidata. Me pregunt ¿Y el deslinde?
Mi preocupación por los efectos de la propaganda negra en el proceso electoral 2012 es real. Tiene que ver con el trabajo realizado en el Observatorio Ciudadano de Medios (OMCIM) en la Universidad Iberoamericana; tiene que ver con mi labor como consejera del Observatorio de los Procesos de la Comunicación de la Violencia. Muchas horas de reflexión con otros colegas preocupados por los mismos asuntos me han llevado a la convicción de que México no será un mejor país si no nos esforzamos por construir un discurso de paz. Debemos asumir una actitud responsable a todos los niveles. Una comunicación responsable no admite campañas negras ni guerra sucia. Bienvenida la crítica que esté fundamentada en hechos, no en percepciones o supuestos. Rechazo el discurso del odio entre los políticos y entre los medios. Quiero un México sin violencia física; quiero un México sin violencia verbal.
*Regina Santiago Núñez es académica del Departamento de Comunicación de la Universidad Iberoamericana. Responsable de contenidos del observatorio de medios OMCIM. Es consejera del Observatorio de Procesos de Comunicación de la Violencia.
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