Por: R. Osiris de León
Sismos, Rocas y Suelos
La edición de fecha 02 de
febrero de 2012 del prestigioso periódico Hoy recoge una excelente entrevista
realizada por el Grupo de Comunicación Corripio a los Directivos de la Sociedad
Dominicana de Sismología e Ingeniería Sísmica (Sodosismica), la cual contiene
una afirmación del Ing. Héctor O’Reilly,donde dice textualmente que "Una estructura se desploma si el
diseño estructural está incorrecto, no importa las características del
suelo" y que “si una obra tiene un mal diseño estructural colapsa donde
quiera”, afirmación que difiere de lo que demuestran los terremotos de muchas
ciudades del mundo.
Pero lo más interesante es
que de acuerdo al periódico Hoy, el Ing. O’Reilly lo ha dicho en forma de
"aclaración" a una versión (nuestra) difundida en los medios de
comunicación en el sentido de que "los edificios construidos sobre terreno
rocoso no colapsan ante un terremoto". Excelente.
Los profesionales
dominicanos vinculados por 35 años a la sismicidad, como el Ing. O' Reilly, deben
ver detenidamente el espejo de Haití, como bien lo señala en la misma
entrevista el Ing. Leonardo Reyes Madera, y como lo hemos dicho nosotros
cientos de veces en los medios de comunicación, porque todas las edificaciones
que colapsaron en Puerto Príncipe estaban construidas sobre suelos arcillosos y
arenosos, como el Palacio Nacional, la Catedral, el Palacio de Justicia, el
hotel Montana, etc., grandes estructuras construidas por ingenieros,pero al sur de PetionVille no colapsó ninguna
estructura levantada sobre la roca caliza, ni siquiera las edificaciones
paupérrimas construidas sin el más mínimo criterio ingenieril.
O' Reilly debe sacar un
poco de tiempo para recorrer la carretera que conduce de PetionVille a Fermate,
justo a 15 kilómetros al este del epicentro del sismo del 12 de enero de 2010,
donde no hay una sola edificación agrietada, ni mucho menos colapsada, por
estar sobre roca caliza rígida, mientras casi todas las estructuras
emblemáticas de Puerto Príncipe, ubicadas a mayor distancia del epicentro del
sismo, pero construidas sobre suelos flexibles, colapsaron verticalmente
matando unas 300,000 personas.
Los barrios extremadamente
pobres de la zona sur y suroeste de PetionVille, cercanos al epicentro del
sismo, construidos por la propia gente, sin ninguna norma ingenieril, sin
suficientes varillas, sin cemento de buena calidad,y que exhiben los graves defectos de pisos
blandos criticados por O' Reilly, se quedaron todos de pie, sin una sola
columna afectada por cortante y sin una sola casa colapsada, porque están
levantados sobre roca caliza de buena calidad,mientras los grandes edificios construidos por los grandes ingenieros
estructuralistas, sobre suelos arcillosos, sufrieron un vergonzoso colapso
nunca imaginado en Puerto Príncipe, y los estructuralistas dominicanos deben
aprender de esa experiencia de Haití.
Todos los especialistas de
la Sociedad Dominicana de Sismología, incluyendo a O' Reilly, saben muy bien que las ciudades de
Santiago y La Vega fueron destruidas por los terremotos de 1562 y 1842 por
estar levantadas sobre suelos arcillosos y arenosos, pero que la ciudad de
Santo Domingo, construida sobre roca caliza coralina, se mantiene de pie
después de siete terremotos de magnitud superior a 7.0 Richter, incluyendo uno
de 8.1 Richter, y todos sabemos que la ciudad colonial de Santo Domingo fue
construida con los mismos criterios de mampostería utilizados en Santiago y La
Vega.
De ahí que la diferencia entre
la gran destrucción de Santiago y La Vega, en el pasado, y de Puerto Príncipe,
hace dos años, versus la ausencia de daños en la ciudad colonial de Santo
Domingo, y en la comunidad de Fermate, al suroeste de PetionVille, no fue la
ingeniería, sino el comportamiento diferente entre las rocas rígidas que
permiten el rápido paso de las ondas sísmicas de cizallamiento, y los suelos
flexibles donde las mismas ondas sísmicas de cizallamiento viajan muy
lentamente, se amplifican y el suelo vibra largo rato.
Todo verdadero entendido
en ingeniería sismo resistente sabe muy bien que el principal responsable del
comportamiento sísmico de una estructura es la roca o el suelo del
emplazamiento, y que el segundo responsable es la propia estructura, de forma
tal que estructuras malas, construidas sobre rocas buenas, como pasó en Haití, se
comportan sísmicamente bien, pero que estructuras aparentemente buenas, sin
criterios de sismo resistencia, se comportan sísmicamente mal cuando están construidas
sobre suelos flexibles, como pasó en Haití, y que es sobre el suelo flexible
donde los estructuralistas deben emplearse a fondo para diseñar estructuras verdaderamente
sismo resistentes.
Por más mal construidas
que hayan estado las principales edificaciones modernas colapsadas en Puerto Príncipe,
debieron estar mejor construidas que las edificaciones coloniales de Santo
Domingo, porque estas últimas no tienen refuerzos de varillas, ni tienen
concreto de alta resistencia, ni fueron hechas cumpliendo un código de sismo
resistencia, pues son estructuras coloniales de bloques de caliza coralina,
unidos con vieja argamasa de cal, y no colapsaron con el terremoto del 04 de
agosto de 1946, de magnitud 8.1 Richter, ubicado a tan solo 150 kilómetros al
norte de Santo Domingo.
Quién le dijo a O’Reilly
que Nicolás de Ovando tenía en 1535 el código para construcción sismo
resistente aprobado recientemente por el Ministerio de Obras Públicas, y quién
le dijo que La Catedral, el Alcázar de Colón, la iglesia Regina Angelorum, la
Fortaleza Ozama y las demás edificaciones coloniales fueron estructuras construidas
con un criterio sismo resistente, si hasta 1562 ellos no sabían que en nuestra
isla ocurrían grandes terremotos como el que en esa fecha destruyó a Santiago y
La Vega.
Si toda la ciudad colonial
de Santo Domingo hubiese estado levantada sobre suelos arcillosos o arenosos, como
los del Cibao, hace siglos que hubiese desaparecido con los grandes terremotos
que ha sufrido nuestra isla desde 1562 hasta el presente, pero muy
especialmente con el tremendo terremoto de 1946, y si la ciudad colonial de Santiago
hubiese estado levantada sobre roca hoy estaría de pie.
El terremoto de México, en
1985, de magnitud 8.1 Richter, igual al nuestro de 1946, tuvo su epicentro a
330 kilómetros al noroeste del Distrito Federal,sin embargo, destruyó toda la zona central y
sur de la ciudad capital mexicana, por estar levantada sobre suelos flexibles
de un antiguo pantano, mientras la zona periférica, construida sobre roca de
buena calidad, se quedó de pie. Y O' Reilly lo sabe muy bien.
La distancia desde Ciudad
México al epicentro del sismo de 1985 es poco más del doble de la distancia
desde Santo Domingo al epicentro del sismo de 1946, sin embargo, ciudad México
fue destruida con el sismo de 1985 y la ciudad colonial de Santo Domingo quedó
intacta con el terremoto de 1946. Y eso es lo suficientemente explícito para
que todos estemos bien claros de las respuestas sísmicas de suelos y rocas.
Muchos ingenieros
estructuralistas defienden sus estructuras construidas supuestamente a prueba
de sismos, sobre la supuesta base de que sobre los suelos flexibles ellos
construyen estructuras rígidas, y que sobre las rocas rígidas ellos construyen
estructuras flexibles, con el supuesto fin de distanciar el período de
vibración del suelo del período de vibración de la estructura, y así evitar
resonancia, pero usted les puede preguntar hoy mism y cuál es el período de
vibración de cada suelo donde usted ha levantado cada estructura?, Tiene usted
esos datos?, Cómo los obtuvo? Porque si usted no tiene esos datos no le puede decir
al país que sus estructuras son sismo resistentes.
Mejor diga que usted
espera que sus estructuras sean sismo resistentes, pero no afirme que lo son,
porque con el próximo sismo son muchas las estructuras que van a colapsar.
El viaducto de Hanshin, en
Kobe, Japón, fue reforzado por los estructuralistas japoneses para soportar un
sismo de magnitud 8.2 Richter, y poco tiempo después, en 1995, fue destruido
por un sismo de 7.3 Richter, es decir, por una sacudida 10 veces menor a la
esperada, y todo porque la aceleración del suelo flexible fue el doble de la
aceleración utilizada en el rediseño, y los estructuralistas responsables de la
obra quedaron muy mal parados ante la sociedad japonesa y ante el mundo, y
quedaron como desconocedores del real comportamiento sísmico de los suelos. Y
muchos de los de aquí se creen mejores que los japoneses.
El peor error que puede
cometer un buen estructuralista es pretender ignorar los diferentes comportamientos
sísmicos de rocas y suelos, y las respuestas sísmicas de las estructuras
levantadas sobre rocas y suelos, y peor aun cuando ello se hace defendiendo
exclusivamente el ejercicio profesional como constructor, dejando de lado la
realidad sísmica de una isla que ha sido estremecida por grandes terremotos que
han producido cientos de miles de muertes, donde se espera un nuevo gran
terremoto, y donde la gente espera estar debidamente informada sobre los
peligros que acechan fruto del riesgo sísmico y fruto de la gran vulnerabilidad
de las estructuras públicas y privadas levantadas sobre suelos flexibles de mal
comportamiento sísmico.
Esperemos que Dios se
apiade del desprotegido pueblo dominicano.