Uno de los argumentos más utilizados por
Leonel Fernández, Danilo Medina y los funcionarios del área económica
del gobierno del PLD, es que durante mi administración los factores
económicos se descontrolaron y que mi gestión (2000-2004) fue
improvisada y, en sus propias palabras, desastrosa.
Descarto esa idea y sostengo que la crisis fue
incubada durante la gestión de Leonel Fernández (1996-2000), quien la
escondió y la sostuvo como un artefacto explosivo, a sabiendas de que su
relación con el fraude bancario era innegable y dejando a mi
administración ante el desafío de seguirla escondiendo y ser cómplice o
denunciarla y someter a la justicia a los responsables, que finalmente
fue lo que hice y de lo que me siento satisfecho.
Cuando estalló la crisis financiera
internacional, en septiembre del 2008, en Estados Unidos primero y luego
en Europa, todos tomaron la decisión de sostener el sistema de pagos, y
de utilizar dinero público para garantizar la sobrevivencia del sistema
financiero salvable, que fue lo que nosotros hicimos en el 2003. Fue
una obra extraordinaria, que permitió la sobrevivencia del sistema
financiero local, y su consolidación, pero que perjudicó al gobierno y
al candidato del PRD en ese momento. El sacrificio se produjo, pero
actuamos con responsabilidad.
Cuando mi administración terminó dejamos una
deuda pública de 9,705 millones de dólares. Al terminar el 2011, ocho
años después, el gobierno de Leonel Fernández y del PLD ha llevado el
endeudamiento público, del Gobierno y del Banco Central, a la suma de
23,457 millones de dólares. Ha sido un endeudamiento irresponsable, que
no ha permitido hacer frente a ningún problema nacional, que no ha
ayudado a la producción, que ha permitido financiar los déficits del
gobierno, precisamente para seguir haciendo lo que siempre han hech
malgastar, enriquecerse ilícitamente, sin afrontar una sola de las
grandes demandas nacionales en educación, alimentación, generación de
empleos, producción, energía eléctrica o seguridad ciudadana.
Alguna gente todavía no lo ha entendido o no
desea entenderl el Congreso para el progreso que se eligió en el 2010
fue para aplastar a las mayorías nacionales, para imponer un esquema
clientelar y de favores para los dirigentes peledeístas y para aportar
más poder al desmedido y ambicioso presidente, que usa los recursos
públicos para satisfacer su egolatría y sus ansias de perpetuidad.
El tema del endeudamiento es clarísimo para
entender la forma en que se ha manejado esta administración. Hace años
que los teóricos de la economía, y en particular los del gobierno,
utilizan el indicador de la deuda como porcentaje del Producto Interno
Bruto (PIB). Con los años, fruto de la experiencia y los niveles de
solvencia de las cuentas fiscales y externas, se ha ido construyendo un
consenso sobre el nivel de deuda tolerable o peligroso. Los países de la
Eurozona, mediante los acuerdos de Maastricht que posibilitaron la
adopción del euro como moneda común, establecieron que para ser miembro
de la Eurozono la deuda pública debía ser inferior al 60% del PIB. Ahora
que muchos de ellos violaron el criterio de Maastricht para la deuda
pública, la crisis de la deuda soberana en la Eurozona amenaza con
llevar de nuevo al mundo a una fuerte recesión.
Para las economías emergentes, economistas del
FMI sostienen que el nivel sostenible de la deuda pública no debe
superar el 25% del PIB. Actualmente en la República Dominicana el nivel
de la deuda pública consolidada, sin dejar fuera endeudamientos
ocultos, alcanzó 42% del PIB al final del 2011. Si eliminamos la
sobrevaluación del PIB, la deuda pública llegaría a casi 50%.
La tendencia más amplia, entre los
economistas, es a considerar un factor clave en relación con la deuda
pública total: la proporción de los ingresos corrientes del Gobierno.
Este indicador es importante porque pone en evidencia la carga sobre la
capacidad del fisco de captar ingresos. Digamos qué es un indicador
sobre la sostenibilidad de la deuda pública. Se dice que el valor
crítico (deuda/PIB) para economías emergentes es de 250%. En la
actualidad la deuda pública dominicana como proporción de los ingresos
corrientes del Gobierno es 323%. Es decir, estamos muy mal.
Lo más preocupante, sin embargo, es el monto
de los ingresos corrientes del Gobierno que anualmente tiene que
destinarse al pago del servicio de la deuda pública, y sobre todo, al
pago de los intereses. En el 2011, el Gobierno tuvo que destinar el 40%
de sus ingresos corrientes a servir la deuda pública. Sólo para honrar
el pago de los intereses, el Gobierno tuvo que destinar el 17.5% de sus
ingresos corrientes, el más alto entre todos los países de
Centroamérica y el Caribe,y el segundo más alto del Continente.
La opción que ha tomado el gobierno en los
últimos años ha sido pagar deudas con endeudamiento, el llamado
refinanciamiento o “rollover”. Si el monto de los vencimientos o
amortizaciones a pagar alcanza 60,000 millones de pesos, el gobierno
busca préstamos por ese monto y con los recursos obtenidos, paga los
vencimientos. Bajo el acuerdo con el FMI, el Gobierno dominicano ha
obtenido desembolsos de préstamos internos y externos muy superiores a
los pagos de amortizaciones. Eso explica el por qué la deuda pública ha
aumentado como nunca antes en la historia dominicana y el por qué el
Gobierno dominicano está teniendo que destinar más recursos, año tras
año, al servicio de la deuda pública.
Ante el vendaval de préstamos que ha tomado el
gobierno del PLD, nadie debería sorprenderse por la publicación, el
pasado 15 de septiembre, del documento “Un Enfoque de Intolerancia de
Deuda Aplicado a Centroamérica, Panamá y República Dominicana”,
elaborado por dos economistas del FMI, en el cual sostienen que
República Dominicana, entre 36 países analizados, es el país con mayor
riesgo de incumplimiento de su deuda, debajo únicamente de Uganda. Uno
de los autores de este documento es Geoffrey Bannister, el ex -segundo
miembro de la misión del FMI que visitaba al país. Y como si esto fuera
poco, quien autoriza la difusión del documento es Alejandro Santos, el
jefe de la misión del FMI que supervisa el Stand-By con República
Dominicana.
El equipo de técnicos del Partido
Revolucionario Dominicano me ha explicado que los economistas del FMI
sugieren en su estudio que la República Dominicana debería reducir su
deuda pública en 22.6% del PIB, es decir, en US$12,600 millones. La
sugerencia de esos economistas del FMI revela claramente el nivel de
irresponsabilidad con que el gobierno del PLD ha manejado el delicado
tema de la deuda pública.
Como se puede ver, estamos con el futuro
empeñado, para que un grupo de aprovechados y desconsiderados llevan a
sus anchas sus cuentas bancarias a costa del empobrecimiento del país.
Ya lo dije con mucha claridad en el encuentro
de la Asociación de Industrias, en 1 de octubre del año pasad el
endeudamiento es para que lo pague el país, con sudor, lágrimas y
sacrificios, y para que lo disfruten ahora los que se creen los reyes y
señores de la nación. No puede ser.
“Toda esta entrada de dinero no vino
acompañada de una mejora en la calidad del gasto público, sino todo lo
contrario. El uso indiscriminado de esos recursos con fines
proselitistas, el crecimiento desordenado y gigantesco de las nóminas y
nominillas, el despilfarro y la corrupción han convertido al gobierno en
una retranca para el desarrollo del país”. Eso dije y reitero ahora al
iniciar el 2012.
Tengo la firme decisión de enderezar el país
por el camino de la institucionalidad y el respeto, por el compromiso
que hemos hecho de transparencia y de castigo de todas las formas de
corrupción que se han reinventado y reiterado en los gobiernos del PLD.
Conociendo todas las argucias y artimañas que se han puesto en práctica
será posible desentrañarlas y combatirlas, y eso es lo que haré desde
que llegue a la presidencia de la República. http://www.elnacional.com.do