<b>Después de una lucha desigual contra Fernández en la convención del 2007, Danilo Medina no tuvo más remedio
que aceptar su derrota y admitir que el Estado lo había derrotado. “El Estado me venció”, dijo.</b>
El país vio como Leonel utilizó el dinero
del presupuesto nacional para imponerse sobre Danilo. El país vio al Presidente
Fernández comprar voluntades políticas con los recursos del Estado. El
transfuguismo dentro del PLD fue visto
por todos. Con los recursos del Estado
Leonel se impuso. Es ya su costumbre. (La Organización de Estados Americanos
(OEA), que no sirve para nada, dijo que en las elecciones presidenciales del
2008, el “Estado había sido un factor”)
Durante la contienda interna del PLD, que compró
Leonel. Danilo se convirtió en un crítico de las acciones fraudulentas y
deleznables de su compañero de partido. La de Danilo parecía una lucha de
principios; era de suponer que él sería incapaz de hacer lo mismo, de
permitirlo o de aceptarlo. Que él se opondría con uñas y dientes, a que se
utilizara un solo peso del Estado, es decir, del pueblo, para su beneficio.
Creí –que tonto- que Danilo las palabras de
Juan Bosch, su maestro y guía cuando dij “Los
dominicanos saben muy bien que si tomamos el poder no habrá un peledeísta que
se haga rico con los fondos públicos; no habrá un peledeísta que abuse de su
autoridad en perjuicio de un dominicano; no habrá un peledeísta que le oculte
al país un hecho incorrecto o sucio o inmoral”. Pero me equivoqué. ¡Qué tonto fui! Lo de
Danilo era una pose. Nada más. ¡Una pose! Danilo no protestaba por el uso de
los recursos del Estado. Protestaba porque esos recursos se utilizaron en su
contra, no a su favor. No era pues, una posición de principios. Era de
conveniencia. Su protesta por el uso y abuso del dinero del pueblo no era por
una cuestión ética o moral.
Solo
hay que ver la televisión, escuchar la radio, leer la prensa o salir a la calle
para darse cuenta de la manera inescrupulosa y abusiva en que se está gastando
el dinero del pueblo para promover la candidatura de Danilo.
Pensé
–que tonto- que Danilo sería el primero en protestar cuando Leonel dijo en
Nueva York que disponía de 40 mil millones de pesos para comparar las
elecciones burlando así la voluntad popular. Pero Danilo no dijo esta boca es
mía. Por el contrario, ha hecho todo lo posible –y hasta lo imposible- para que
esos 40 mil millones y todo el que haga falta, se gaste en su candidatura.
Los
puentes peatonales, las señales de tránsito, las aceras y los contenes, los
barrios y las ciudades. El país está embadurnado con la cara de Danilo. Y todo
con el dinero del Estado. En la radio y la televisión los spots de Danilo ya
hartan. Danilo le sale a la gente hasta en la sopa. Y todo con los cuartos del pueblo.
De un pueblo que se cae a pedazos sin seguridad, sin educación, sin salud, sin
empleo sin alimentos y sin viviendas dignas.
Danilo
está utilizando vulgarmente el dinero
del Estado para vencer a Hipólito. Pero no podrá, aunque gaste todo el dinero
del Tesoro de Estados Unidos, porque el pueblo tomó la decisión de echar al PLD
del poder. El dinero no podrá impedir el triunfo de Hipólito. Y sin hacen
trampas y fraudes, como están planeando Leonel y Danilo, pagarán las
consecuencias. (No es una amenaza, es una advertencia)