Sectores del país
están cuestionando el papel de Participación Ciudadana e incluso dudan de su
imparcialidad en los procedimientos que promueve en su condición de
interlocutor entre los poderes público y los partidos políticos.
Participación
Ciudadana es un movimiento cívico no partidista, de presión, concertación y
vinculación del ámbito social con los poderes públicos, que se constituye el 31
de octubre de 1993 obteniendo su personería jurídica en el 1996, con el fin de
promover la articulación en el seno de la sociedad civil y para incentivar la
participación de los ciudadanos y ciudadanas a fin de lograr las reformas
políticas, institucionales y democráticas que requiere la república y un
desarrollo social justo y equilibrado.
Esta institución
busca el fortalecimiento y mayor participación de la sociedad civil en los
diversos ámbitos de la vida social, contribuyendo así con la consolidación de
la democracia y con el proceso de modernización del Estado. El objetivo
principal es contribuir con el fortalecimiento de la justicia social, la
democracia y la participación de la ciudadanía, según lo establecen las
normativas internas de la organización.
Aunque la
institución señala que alcanzó para el
2007 una autonomía financiera y consolidado los espacios de participación de la
ciudadanía, se sospecha que la misma es un brazo político de la embajada de
Estados Unidos en razón de los vínculos directos con la Agencia Internacional
de los Estados Unidos para el Desarrollo (Usaid) y uno de los propósitos que
encarna es propiciar la modernización e institucionalización del Estado, desde
donde serán impulsadas las reformas democráticas que requiere la República
Dominicana. Bonitos postulados.
Sin embargo, hay
quienes opinan que ese organismo debe convertirse en un partido político en el
futuro en virtud del protagonismo que ha tenido en los últimos años, asumiendo
posiciones radicales contra el gobierno, propias de las tradicionales organizaciones
políticas. Hace mejor oposición que los partidos políticos adversarios al
gobierno. La reciente postura asumida públicamente contra la actual gestión
gubernamental ha motivado reacciones fuertes de funcionarios y dirigentes del
partido de gobierno al extremo de acusar a algunos de sus dirigentes (en
especial el saliente coordinador general) de ser militantes del Partido
Revolucionario Dominicano.
El reclamo de
Participación Ciudadana para que se le permita actuar como observador en el
proceso electoral, alegando que es un organismo imparcial, crea mucha sospecha
en la población. La forma en que ha lanzado los ataques contra la presente
administración estatal descalifica a esta institución para arbitrar unas
elecciones que de por sí siempre han sido conflictivas y contradictorias. Tal
como señalan diversos sectores, esa institución ha demostrado parcialidad con
la oposición, a pesar de que en sus principios habla de ser imparcial. La
imparcialidad es subjestiva en cualquier circunstancia. Ni siquiera los jueces
son imparciales, siempre se inclinarán por una de las partes en litis, de
acuedo a su “íntima convicción”, sea por pasión o por consideración.
La imparcialidad
se aplica a la persona que no se inclina en favor o en contra de una persona o
cosa al obrar o al juzgar un asunt un juez debe ser imparcial, dice el
Diccionario Real de la Lengua Española. Si dos están peleando y usted
interviene para apartarlos dándole golpes a uno y protege al otro, entonces no
está actuando con imparcialidad. En el caso que comentamos, Participación
Ciudadana, al parecer, no ha sabido guardar las apariencias.
En contra de esta
entidad existe un cuestionamiento público que duda de su imparcialidad. En una
encuesta levantada por el vespertino El Nacional, el 54% de la población estima
que esa entidad trabaja al servicio del PRD (Ver publicación del 9/2/2012,
pág.4). El anterior coordinador se excedió en sus ataques y eso originó la sustitución
de éste y la negativa del Partido de la Liberación Dominicana (PLD) a que
fungiera como observador. En última instancia, corresponde a la Junta Central
Electoral (JCE) decidir sobre el particular. ¿Cuál es el afán de Participación
Ciudadana en asumir el papel de observador en las futuras elecciones? ¿Qué es
lo que pretende?
Luego de la
metida de pata del antiguo coordinador general de la citada institución, el
embajador de los Estados Unidos en el país se reunió con los jueces de la JCE y
aunque no se reveló lo que hablaron, se especula que el diplomático fue a echar
hielo sobre las llamas para evitar la prolongación del fuego. En relación a esa
visita, El Nacional publicó otra encuesta con la siguiente pregunta: ¿Fue el
embajador de EU a dar órdenes a la JCE) y la respuesta fue 60% (sí) y 40% (no).
Ver publicación del viernes 10/2/2012, pag.4. Las cifras hablan solas.
Los cerebros que
conforman a Participación Ciudadana están entrenados para pelear por los
principios y objetivos que le dieron vida orgánica a esa institución, y por eso
luchan por ellos. El problema es que en la práctica son personas con posiciones
políticas muy radicales o tal vez muy emotivas, que a veces no toman en cuenta las
consecuencias que devienen de las actuaciones irracionales..