<p style="font-weight: bold;">CARACAS,
25 feb (IPS) – Una nube de incertidumbre cubre la campaña electoral de
Venezuela tras el anuncio de que el cáncer volvió a atacar al
presidente Hugo Chávez, quien disputa un nuevo mandato, esta vez frente a
la oposición unida y fortalecida detrás del empresario Henrique
Capriles.
Chávez, de 57 años, viajó a Cuba en
las últimas horas para someterse a la extirpación de un nuevo tumor. En
junio de 2011 fue intervenido en dos oportunidades, también en ese país,
y tratado en los meses siguientes con quimioterapia.
¿Se abre dentro del "chavismo" un proceso de sucesión al liderazgo de
tipo único que exhibe desde que llegó al gobierno en 1999? ¿Entra
Venezuela en una transición política con un presidente enfermo y un
reemplazo temporal o con el triunfo de un opositor en las elecciones del
7 de octubre?
Posibilidades como esas fueron negadas de plano por el mandatario y sus
inmediatos colaboradores. Chávez se mantiene como líder del "proceso
bolivariano", como jefe de Estado y de gobierno en plenitud de funciones
y como candidato presidencial que promete "pulverizar" a sus oponentes
en octubre y gobernar el sexenio 2013-2019, dijeron a coro.
"Pero se instala la incertidumbre, porque no se sabe la magnitud del
cáncer que aqueja al presidente y solo el paciente, con un margen de
subjetividad insondable, es el portavoz de su propia enfermedad", dijo a
IPS la profesora de la materia de opinión pública Mariana Bacalao, de
las universidades Católica Andrés Bello y Central de Venezuela.
El gobernante no ha revelado en qué parte de su cuerpo se presentó el
cáncer –especialistas sugieren que, según los datos que aporta, podría
afectar el colon, la próstata o la vejiga– y solo él es quien da cuenta
de los progresos o reveses en la lucha contra ese mal. Tampoco se ha
divulgado un parte médico con el diagnóstico de la dolencia.
El analista Manuel Felipe Sierra precisó que, a diferencia de otros
mandatarios en la región afectados por cáncer, "Chávez es candidato a la
reelección por seis años más, es líder de un proceso que ha trastornado
la vida del país y su liderazgo tiene atributos de energía,
combatividad y arrojo que exigen un enorme esfuerzo de exposición".
Por ello "la evolución de su salud incide decisivamente en el escenario
nacional". "Si permanece fuera de circulación sin abordar su sucesión
temporal, se generaría un vacío de poder agravado por las tensiones
propias del clima electoral", indicó.
Un tema de especulación es si se mantendrá la fecha del 7 de octubre
para las elecciones o serán cambiadas, como lo habilitan las normas
respectivas, para dar más tiempo a la recuperación de Chávez.
La oposición, coaligada en la Mesa de Unidad Democrática, escogió como candidato único a la Presidencia a Capriles,
de 39 años y gobernador del norteño estado de Miranda, en comicios
primarios y abiertos el 12 de este mes, de los que participaron más de
tres millones de votantes, 17 por ciento del padrón nacional habilitado.
El entusiasmo electoral opositor y la reaparición de su enfermedad "no
significan que Chávez esté acabado, sino que no va a competir en el
mejor escenario posible", advirtió a IPS el director de la firma
encuestadora Datanálisis, Luis Vicente León.
Aunque Chávez regrese revitalizado de esta recaída, dijo León, "deberá
encarar comparaciones con un rival joven y enérgico, como Capriles",
maratonista aficionado, motociclista a ratos, de verbo sencillo y quien
se propone "recorrer el país de punta a punta" durante la campaña que
todos los analistas pronostican como "ruda y difícil".
Sierra sostuvo que en octubre "no habrá una elección presidencial común,
sino un episodio crucial en la lucha por el poder (político) que se ha
vivido" desde que Chávez triunfó en 1998 y el país se dividió en dos
mitades que se miran como antagónicas.
Chávez dijo la víspera de su partida a La Habana que, "con cáncer o sin
cáncer, más nunca volverán" al poder sus opositores, y que tratará su
enfermedad "como a un escuálido", término despectivo que aplica a sus
oponentes políticos, quienes replicaron deseándole formalmente que sane
de sus dolencias y se recupere con prontitud.
Para la oposición, la enfermedad de Chávez no necesariamente es una
"buena noticia política", porque podría enfrentarse a una campaña
centrada en la figura del presidente.
Incluso gente de a pie como Lorenzo Angarita, un visitador médico de 35
años, llega a decir que Chávez no está enfermo. "De nuevo se inventa el
cáncer para que todos hablemos de eso y se olviden los problemas y las
propuestas de la oposición", comentó a IPS.
También el historiador Agustín Blanco Muñoz analiza el asunto desde esa
particular perspectiva. "La noticia de la enfermedad se coloca en primer
plano, se le da un tratamiento político, y no tendría por qué extrañar
que se reprodujese el esquema de la exitosa operación, envidiable
recuperación y extinción del cáncer, ahora sí, definitivamente",
expresó.
Lo cierto es que, al menos públicamente, la apuesta del gobernante Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) es a una pronta recuperación de su líder para que retome sus tareas electorales y de gobierno.
De allí que, a punto de partir Chávez, se nombró un comando de campaña
que dirigirá el alcalde caraqueño Jorge Rodríguez, expresidente del
Consejo Nacional Electoral, sin asomo alguno de designación de reemplazo
o sucesor.
Según la Constitución, las ausencias del presidente las llena el vicepresidente, que es designado y no elegido.
"No quise irme (a Cuba) sin dejar las cosas en orden en manos del
vicepresidente Elías Jaua", dijo Chávez tras reunirse con ministros,
mandos militares y directivos del PSUV.
Los comentaristas políticos concuerdan en que si Chávez se aleja de la
Presidencia durante algún tiempo daría una señal de enfermedad o
debilidad que mermaría su opción electoral y abriría un período de
luchas entre sus lugartenientes.
Jaua, como el canciller Nicolás Maduro, el ministro del Interior, Tarek
El Aissami, y el dirigente popular Aristóbulo Istúriz son percibidos
como un grupo de cercanos colaboradores civiles, condición que también
tienen el ministro de Energía, Rafael Ramírez, y el yerno del presidente
y ministro de Tecnología, Jorge Arreaza.
En los últimos meses recuperaron posiciones de poder camaradas de Chávez en la logia militar que le acompañó en una fallida asonada
hace 20 años. Allí se destacan el teniente retirado Diosdado Cabello,
vicepresidente del PSUV y presidente de la Asamblea Nacional legislativa
(segundo en la línea de sucesión presidencial, según la Constitución) y
cuyos compañeros de promoción ocupan puestos clave de comando en el
ejército.
También sería conflictivo en el oficialismo el escenario de que Chávez
no pueda presentarse como candidato y el PSUV presente otro nombre para
competir con Capriles, pues se ignora si su electorado realmente puede
traspasarse a otro nombre.
"El chavismo es Chávez, un personalismo, no un movimiento revolucionario
o bolivariano o socialista estructurado. Traspasar a otro fuerza
política y caudal electoral luce realmente complicado para el
oficialismo", sostuvo Bacalao. (FIN/2012)