El mandatario venezolano Hugo Chávez llegó el viernes a La
Habana y deja a Venezuela a la expectativa y la interrogante de que es lo peor
que puede ocurrir al mandatario.
Pocos saben a ciencia cierta de la magnitud de la enfermedad
del mandatario, aunque prensa latina ha dicho que será sometido a una
intervención quirúrgica en la zona pélvica, la misma de donde en junio le fue
removido un tumor maligno.
El líder de la revolución bolivariana será sometido este fin
de semana a evaluaciones y exámenes y evaluaciones, luego que pruebas realizadas
revelaron la presencia de la nueva lesión, aunque descartaron otras
afectaciones en su organismo.
Prensa Latina reseña que "un impresionante movimiento de solidaridad y apoyo moral
al gobernante comenzó a crecer desde el mismo momento en que se supo que
tendría que volver al quirófano.
De todas partes del país comenzaron a enviarle mensajes de respaldo,
sobre todo vía twitter, mientras numerosos gobernantes, sobre todo de
América Latina y El Caribe, expresaron a Chávez su solidaridad.
La preocupación de todos era claramente perceptible, por lo que el
presidente, tras referirse a su viaje a La Habana y señalar que "estar
en Cuba es como estar dentro de la misma patria", insistió en que "no
hay espacio para la tristeza ni para el dolor. Somos la alegría, la
fuerza sublime, el más grande de todos los poderes".
Toda la solidaridad y el cariño de la población se puso de manifiesto el
jueves por intermedio de los centenares de venezolanos que colmaron la
mayor sala del capitalino teatro Teresa Carreño, en un "Canto a la Vida"
en homenaje al Comandante-Presidente en vísperas de su partida hacia la
capital cubana.
Allí, arropado por el cariño de sus partidarios, Chávez prometió que
luchará sin descanso y sin tregua por su salud, con el respaldo del
pueblo, de la ciencia, el amor y la voluntad que tiene por vivir. "Algún
día moriré físicamente, pero ahora no es tiempo", sentenció.
Al día siguiente, miles de caraqueños ocuparon las orillas de calles y
avenidas y del largo tramo de autopista hacia el aeropuerto, en una
multitudinaria despedida.
"Me voy, pero volveré, y volveré con más vida que nunca", expresó
después Chávez, emocionado, antes de subir la escalerilla hacia la nave
aérea que lo llevó a Cuba.