La ciberguerra
se alza como una nueva amenaza para Washington que está invirtiendo
cientos de millones de dólares en su eventual combate, y de paso
haciendo ricos a muchos contratistas que se lucran con esta nueva
"estrategia del miedo".
Teclado en vez de un gatillo. Un cursor en vez del punto de mira. Una
pantalla en vez del campo de batalla. Bites en vez de balas. Así se ve
la nueva amenaza: la guerra cibernética.
<span style="font-weight: bold;">Más que terrorismo</span>
El FBI y el Pentágono alertan que el peligro de presionar botones y
usar teclados es comparable con el del terrorismo y el de distintas
maniobras militares. Robert Muller, director general del FBI, insiste en
que el riesgo cibernético será igual o incluso “mayor que el peligro
del terrorismo en un futuro cercano”.
“El siguiente Pearl Harbor al que nos enfrentaremos puede ser un ataque
cibernético que dañará nuestro sistema energético, de seguridad,
financiero y gubernamental,” advierte, por su parte, el jefe del
Pentágono, Leon Panetta.
<span style="font-weight: bold;">Miedo que crece</span>
Los medios estadounidenses se hacen eco de dichas declaraciones, incentivando aún más el miedo en la sociedad.
La amenazante perspectiva es denominada de diferentes maneras:
“ciberterrorismo”, “ciberguerra”, “ciber Pearl Harbor”. Un escenario
hipotético que puede ocurrir, pero todavía no ha ocurrido.
Mientras tanto, varios expertos en seguridad afirman que nunca va a
suceder. “Hoy hay probabilidad de que las plantas nucleares o la
infraestructura eléctrica sean ‘hackeadas’ y apagadas por un plazo de
tiempo significativo. Así que lo peor que podemos esperar es una
intermitencia. Esto no es una guerra. Las amenazas son serias pero no
están en un nivel tan alto para ser considerada como extremismo”,
asegura el director de estudios de política de información del Instituto
Cato, Jip Harper.
<span style="font-weight: bold;">Washington aprovecha</span>
A pesar de estas declaraciones, el Gobierno norteamericano se dispone a
gastar más de 10.000 millones de dólares anuales en ‘ciberseguridad’
hasta el 2015.
Esta es una de las pocas esferas donde el financiamiento va aumentando a pesar de los recortes en otras ramas de la seguridad.
Es un caso típico de tratar de motivar el despliegue de tropas, causar
miedo e incertidumbre. "Y las propias consultoras del Gobierno
estadounidense pueden aprovecharse de este miedo y esta incertidumbre,
que ahora pueden convertirse en un recurso de oro”, opina el analista
Sean Lawson.
"La mayoría de la gente no entiende problemas con los datos y la
seguridad. Especialmente la mayoría de los congresistas no los
entienden. Por eso las empresas privadas consultoras del Gobierno de EE.
UU. están en condiciones de crear problemas y ofrecer sus propios
servicios como una solución”, advierte, a su vez, Harper.
A simple vista, una guerra invisible se está iniciando en EE.UU. Se trata de una guerra por dinero, contratos y mucho poder.
Artículo completo en: http://actualidad.rt.com/actualidad/internacional/issue_36670.html
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