La violencia de género, en la actualidad se halla entremezclada por pensamientos tan disímiles como el nuevo realismo criminológico.
La razón por lo que la violencia contra la mujer no es horrible, es debido a que intervienen una serie de razonamiento y descripción minuciosos de las circunstancias del hecho, realizados en el lenguaje natural, donde se critica al ofensor y se cuestiona a la víctima, por su condición y naturaleza.
El asesinato de mujeres es el más "horrible" delos crímenes, toda vez que es reprobable por todo ser humano, socavando violentamente la cohesión social y hace caer en descrédito a las instituciones jurídicas. La justicia queda desequilibrada frente a la justa pena de este crimen, por eso es importante empezar por construir un pensamiento de apoyo a la mujer, que la ley no se equivoque en la selección de la naturaleza y medida del castigo.
La otra premisa es la obligación de que la autoridad jurídica no guarde silencio respecto de esta realidad; también la ciudadanía debe contar con una ventana abierta de denunciar el fenómeno, incluso si quien lo hace está en la acera del frente, si no está afectado directamente, como puede verse en las agencias sociales principales: escuelas iglesias, oficinas públicas, entre otras.
La violencia de género, en la actualidad se halla entremezclada por pensamientos tan disímiles como el nuevo realismo criminológico, el derecho penal tecnocrático, el liberalismo penal convencional, el garantismo penal europeo con sus diferencias de matices, el abolicionismo penal de los Países Bajos, el realismo jurídico penal marginal latinoamericano, la nueva versión retributiva anglosajona y el funcionalismo sistémico alemán, para nombrar las tendencias más destacadas. Pero vale, sí, una aclaración: la violencia contra la mujer no es automática y debemos impedir que se propaguen con ella otros males.
El homicidio femenino, en realidad es un crimen grave, precedido de otros menores, según la teoría del Iter críminis de Próspero Farinaccio, por lo cual debe ser inocente la mujer a la que se le acusa de hechos de violencia, surtidos en la defensa
de su honor y en venganza de su honra. No obstante, existe la casuística de la delincuencia femenina, en la que ellas son ponderadas como los “juguetes de los delincuentes”, o como las delincuentes, propiamente dichas.
Pte.Sociedad Dominicana de Criminología