SANTO DOMINGO.- El presidente Leonel Fernández sigue empeñado en convencernos de que estamos bien porque los indicadores económicos del 2011 son mejores que los del 2004, en un ejercicio que ofende la inteligencia de los dominicanos, ya que es un absurdo comparar los resultados acumulados durante ocho años con un período de solo un año, sobre todo, si se trata de una situación excepcional, como la que vivió el país inmediatamente después de la crisis bancaria del 2003, cuando el producto bruto interno sufrió una caída superior al 20 por ciento.
Cualquier aprendiz en materia de administración pública sabe que los resultados de una gestión de gobierno solo se pueden comparar con otra similar en función de tiempo, objetivos, recursos y grados de dificultad.
En cuatro años, Hipólito Mejía administró un presupuesto total de 320 mil millones de pesos y debió enfrentar el más grande colapso financiero del país desde la caída de Trujillo, mientras que Leonel Fernández ha gobernado durante ocho años con el viento a su favor y ha contado con más recursos que todos los gobiernos dominicanos desde la fundación de la República.
Los recursos tributarios con que contaba el Gobierno en el 2004 eran apenas 79 mil 645 millones de pesos. En el 2011 esos recursos se habían elevado a 289 mil 350 millones de pesos. En el 2004, el presidente Mejía dejó una deuda 9 mil 700 millones de dólares, incrementada a última hora para rescatar los tres bancos quebrados, mientras que a finales del 2011, la administración de Fernández, sin afrontar ninguna situación excepcional, la había llevado a 25 mil 500 millones de dólares, incluyendo la deuda de Petrocaribe.
Lo que le corresponde al presidente Fernández es evaluar los resultados de su gestión a partir de los objetivos que el mismo anunció ante el país cuando inició su segundo mandato el 16 de agosto del 2004.(Ver discurso de juramentación 2004: http://www.cig.gob.do/app3/article.aspx?id=24020)
¿Se cumplieron los grandes objetivos y compromisos asumidos por el presidente Fernández en torno a la deuda pública, la lucha contra la corrupción, mejoramiento de la educación, racionalización del gasto público, la aplicación de un programa de austeridad, la solución del problema energético, el mejoramiento de la seguridad ciudadana, la transparencia y la rendición de cuentas, y el fortalecimiento del sistema judicial?
Definitivamente no. Al contrario, ahora estamos peor en los temas de gobierno que el presidente definió como los principales objetivos de su administración.
El PLD está terminando su gestión de ocho años con un saldo negativo en los principales indicadores de la administración, porque ahora estamos peor en educación, en salud, en seguridad ciudadana, en el sistema eléctrico, en el transporte público, en la situación del campo, en el intercambio comercial con el exterior y en la calidad de vida.
Con el PLD han crecido los apagones, los impuestos, el déficit fiscal, el endeudamiento público, la corrupción, el dispendio, la delincuencia, la impunidad, las nóminas improductivas, el salario de los altos funcionarios, el costo de la vida, el desempleo en Turismo y zonas Francas y la pobreza general de los dominicanos.
Esa es la razón por lo que cerca de un 80 por ciento de los dominicanos entienden que vamos por mal camino, según lo han revelado algunas encuestas recientes, y es lo que explica que el candidato del continuismo pretenda presentarse al mismo tiempo como el abanderado del cambio seguro. (8 de marzo 2012)