Este 15 de marzo de 2012, no es un quince
cualquiera para el consumidor dominicano, llega en el momento en que nuestro
país hace esfuerzos por establecer el denominado “Estado social y democrático
de Derecho”.
La puja mayor es por hacer entender a los funcionarios públicos
actuales, como a los que les sustituirán a partir del próximo 16 de agosto, que
poseemos como país, como nación, un nuevo marco constitucional que presenta a
lo social como el eje transversal de toda política pública.
Dentro de lo social
destacasen los derechos del consumidor. Afortunadamente está en la Dirección
ejecutiva del Pro Consumidor una persona que sabe el significado de la
expresión responsabilidad social; que sabe el significado de los derechos del
consumidor y los aplica, Altagracia Paulino; el 78 por ciento de aceptación
popular -que probó una encuesta de reconocida seriedad- de que goza, debería
hacer reflexionar a no pocos funcionarios que torcidamente creen que el
contubernio con sectores de poder y no la legalidad administrativa es lo que
les legitima en el puesto.
Es decir, en materia de Derecho del consumidor,
hemos empezado a transitar el camino del “estado social”. Sin embargo, es mucho
lo que falta por transitar pues los órganos sectoriales siguen estando en manos
decimonónicas, por tanto, está dentro de las más urgentes tareas cambiar esa
desfasada realidad.
Es una pena que el año que la Consumers
international ha dedicado al transporte de la mercancía dinero, es decir al
envío de remesas, nos encuentre con indolentes autoridades en materia de derecho
financiero. Ya en 2011, pasamos por la pena de no lograr nada en materia de
Derecho Financiero del consumidor –a excepción solo de la revisión de los
contratos financieros de adhesión- y bajo mucho fuego cruzado, pues la visión
de estado del laissez faire que tienen los órganos financieros con leyes
preconstitucionales así lo determinaron. Desgraciadamente la presión del
movimiento de consumidores dominicanos debió conformarse con observar cómo el
Presidente de Estados Unidos, Barack Obama, conseguía instalar una oficina para
el consumidor financiero en la patria de Abraham Lincoln.
No todo es negativo, pues aunque pocos son
los candidatos que se han declarado partidarios de la consolidación del Estado
social, uno que otro, plantea su establecimiento, lo cual es importante para
establecer el cambio en democracia. La palabra cambio es -en la actual campaña
electoral-, objeto de uso y de abuso, pues su significante implica cambiar para
mejorar y algunas ofertas políticas parecen indicar que cambio puede ser
cualquier cosa, incluso un retroceso hacia tiempos ya superados. Aunque somos
conscientes de que la teoría diacrónica de Levi Strauss, nos sugiere que los
cambios pueden ser hacia lo peor cuando los pueblos son presa de la confusión;
y que José Martí nos advierte que los pueblos que olvidan su historia tienden a
repetirlas, entendemos que el valioso pueblo dominicano, al menos esta vez, no
retrocederá. Pues de hacerlo, estaría suicidándose y Jean Jacques Rousseau,
plantea que la locura no genera derecho.
Es decir, me da la impresión de que el
presente 15 de marzo marcará un antes y un después, puesto que el pueblo,
siempre sabio, sabrá elegir bien. O, mejor dicho, votará para consolidar lo
social.
Así, lo atestigua el hecho de que personas,
confundidas en principio estén rectificando conductas políticas suicidas.
Por ejemplo, las mujeres –que son el segmento
poblacional y electoral mayoritario, deben reflexionar su voto muy bien, pues
el país y la historia no les perdonarían caer en el retroceso. La circunstancia
de que una mujer que ha probado capacidad de servicios a su pueblo vaya en una
boleta como candidata vice presidencial es una oportunidad que no debe
perderse, ni se perderá pues luego de ella habrá de venir una mujer a la
Presidencia. La oportunidad no es para elegir entre lo malo y lo peor sino para
dar un gran salto hacia delante en el establecimiento de lo social como
prioridad nacional, quien presente la oferta más elaborada en este plano será
quien merecerá el voto de todas y todos los consumidores.
La juventud es el otro segmento importante en
el actual proceso. Esa juventud que sabe que ahora en el siglo XXI la lucha es
por el acceso a una mayor y mejor calidad de bienes y servicios sabe muy bien
que con su voto determinará que siga el progreso o que regrese el retroceso,
pues hacer de Penélope en el mundo de hoy en día equivale a determinar con el
voto el éxito o el fracaso de una generación completa, por tanto, sabemos que
como siempre la juventud significa cambio, cambiará pero para profundizar los
derechos de consumo adquiridos y para obtener más.
Por esto y muchas cosas más,
este 15 de marzo, día internacional del consumidor, es una fecha diferente pues
la fracción de soberanía que detenta cada ciudadano y ciudadana en su voto,
será la que nos dirá si el Estado Social se consolida o se va a pique como ha
ocurrido en viejas páginas de nuestra historia. DLH-11-3-2012