Me satisfizo en toda su parte el ceremonial
de los premios Casandra del pasado 13 de marzo en el majestuoso Teatro
Nacional. Lo que se vio en televisión es
insuperable y creo que René Brea y el equipo de producción deben sentirse
regocijado.
Una transmisión de televisión en vivo
siempre deja uno que otro detalle fuera de control, pero hasta donde llega mi
capacidad, que lo presencié atraves de la pantalla chica, fueron escasas las fallas. Telemicro cumplió lo prometido, de dar lo mejor de su tecnología en esa transmisión-<br>
De modo que la Asociación de Cronistas de
Arte (Acroarte) en particular Máximo Jiménez y la directiva que encabeza, deben de
estar complacidos con el resultado de su trabajo.
Lo mismo que la Cervecería Nacional
Dominicana y los copatrocinadores, pues fue obvio que no se escatimaron los
recursos para que esta XXVIII entrega de los premios Casandra resultara el éxito
que ha sido.
Felicito a los Hermanos Rosario por el
merecido Soberano que le fuera entregado por su trayectoria musical.
El balance de la calle es favorable, la
satisfacción en los artistas también. Recomendaría para la futura entrega un mejor
control del tiempo. El ceremonial que comenzó a las 9 de la noche, se prolongó
hasta pasadas las 12 de la medianoche. Lo ideal es que no supere las 2 horas.
Una buena entrega de los premios Casandra
es inconcebible sin quejas, previas y después, aunque en esta ocasión la metida
de pata de Omega ha opacado toda disidencia, y lamentablemente hasta la premiación misma.
Debo agregar que encabezo una corriente
critica en Acroarte, lo que es sabido por muchos de sus miembros, una actitud
que procura que esa entidad no degenere en lo que hoy son otras instituciones
dominicanas que han caigo al rango de entelequias.
Me complace el perfil que lleva la gestión
encabezada por Jiménez, que se muestra emprendedora tanto en lo institucional,
como en la inversión al menos en el edificio de la sede de Acroarte.
Creo que esta gestión ha mostrado avances
institucionales, aunque tiene pendiente seguir impulsando el proceso de
transparencia interna, la integración de los miembros, tanto en República Dominicana como de las
filiales y en el desarrollo institucional para que Acroarte no se limite a la
entrega de los premios Casandra.
He apreciado en Jiménez un empeño especial en hacer una buena gestión y en propiciar un ambiente de armonía, difícil en una entidad que como Acroarte mucha veces se torna en una fabriquita de chisme, de los cuales siempre trato de estar distante.<br>
Creo que la mejoría que viene ocurriendo en Acroarte se debe en parte a que el proceso crítico interno esta dejando su fruto, ya se sabe que de una parte hay
vigilancia institucional, y eso hace que quienes dirigen la entidad lo hagan
mejor, sean mas eficiente y no se duerman en sus laureles, que fue lo que
ocurrió en el pasado por la pasividad de la membresía.
Sigamos adelante.