Descubierta
la conjura montada alrededor de la Junta Central Electoral, para
desconocer los resultados electorales que a todas luces, y el
oficialismo lo sabe, les serán adversos, como táctica han iniciado una
campaña mediática que busca golpear primero, antes que sean denunciadas
la cantidad de fraude que se les han ido descubriendo y de la que sólo
una proporción ínfima se ha enterado la población.
Empero
ya una parte de los organismos internacionales relacionados con lo
electoral sí conocen lo espurio de cómo ha estado accionando la mafia
morada que enrolla un trompo con dimensiones que tocan el ámbito
electrónico, con manipulaciones en el padrón, dislocando las mesas donde
corresponde votar a sufragantes anti PLD; cambiando las fotos del
padrón para que no coincida con las cédula de identidad y electoral ni
con el último padrón que se les entregó a los partidos; incluyendo
nuevos votantes después del cerrado el padrón; habilitando muertos para
asignarle esa cédula a personeros del partido de gobierno.
Y si a esto
se suma un plan de “bypass” a la transmisión de los “scaners” para que
los resultados que lleguen a la JCE sean diferentes a los de las actas
generadas en las mesas de sufragio, con el objeto de dar unos cómputos
que nunca aclararán, dando como “fait accompli” datos que buscarán validar con subterfugios
legales con un Tribunal Superior Electoral que funciona como un comité
del oficialismo, como todas las altas cortes que recién se abrogó el
neodictador a través del Consejo Nacional de la Magistratura hecho a su
medida.
Cosa de la que dieron señales recientemente aprobando alianzas
ilegales de partidos con el PLD, mientras desconocieron varias alianzas
de partidos que reúnen todos los requisitos legales en sus pactos con
el PRD. Y para rematar el presidente de la JCE Roberto Rosario, tomar
acciones en centros de votaciones donde el PLD se sepa perdido y
conseguir que esos votos no se cuenten, como ya hizo en las elecciones
congresuales del año 2008, con los votos de la junta municipal de
Oviedo, donde no fueron contados los votos que daban ganador al senador
postulado por el PRD en Pedernales.
Registren a quienes no invitaron a la última reunión de la Junta Central Electoral y sabréis si hay o no trama contra estos.
Se
saben perdidos ante la voluntad de cambio de las y los dominicanos
que han consignado sus esperanzas en la candidatura del ingeniero
Hipólito Mejía, que ni mató ni robó, y que en esta, la segunda
oportunidad que ha pedido al pueblo y éste le ha concedido, hará una
gestión ejemplo del desarrollo humano, de la competitividad y del
rescate ético y construirá “para todos, un mejor país”.
Liberarnos
de la corrupción rampante que transparencia internacional nos escupió
recientemente en la cara al señalar al país como campeón de la
corrupción y el peor en transparencia, verbigracia la corrupción y
endeudamientos a lo que han sometido al país los gobiernos de Leonel
Fernández y el PLD, que en siete años han sido la mayor en toda la
historia de la historia de lanación.
El
alto costo de la vida, la inseguridad, el desastre de los indicadores
en Educación y salud, el déficit de viviendas, la destrucción del
aparato productivo nacional, la falta de empleo dignos y formales, la
voracidad fiscal, el crecimiento de las importaciones en beneficio de un
reducido círculos de amigos y funcionarios del ejecutivo, los
feminicidios y carencia de paridad de género, como toda suerte de
ignominia los llevó a la desafección de los ciudadanos. Nadie los
quiere. Se van.
No
saben qué hacer, con candidatos impopulares, con el destape de
escándalos internacionales de los tentáculos de la asociación
gobernante. Se saben descubiertos, están desesperados, muertos de miedo,
con el mayor hándicap en un Hipólito Mejía con las testosteronas
abundantes para que no le sea escamoneado el triunfo al pueblo
dominicano y su derecho al cambio.
17 de Marzo de 2012. Santo Domingo, República Dominicana