Puerto Príncipe, 19 mar (PL) Integrantes de las desaparecidas Fuerzas
Armadas Nacionales de Haití (FADH) continúan el motín que protagonizan
desde enero pasado y se niegan a partir de antiguos campos militares,
pese a las órdenes del Ejecutivo.
Los exsoldados ocuparon zonas de entrenamiento en la periferia
capitalina, principalmente en Delmas y Carrefour, y demandaron una
indemnización por 15 millones de dólares para compensar sus pérdidas
tras la desaparición del Ejército hace 18 años.
La Red Nacional de Derechos Humanos de Haití (RNDDH) consideró que esos
grupos constituyen una amenaza grave y real para la seguridad de la
nación caribeña.
El portavoz de los amotinados, Jean Baptiste Joseph, aseguró que no se
retirarán de los campamentos porque "esa es su casa" y conminó al pago
de la suma por los supuestos daños causados por quedar sin trabajo.
El Ejército haitiano estuvo formado por unos ocho mil hombres y fue
disuelto en 1994 por el exmandatario Jean Bertrand Aristide tras haber
cometido numerosas violaciones de los derechos humanos.
El presidente Michel Martelly emitió hace 15 días una orden para obligar
a la desmovilización de los exsoldados en la que les prohibía además
vestir el uniforme militar y andar armados.
"Martelly es el jefe nominal de las FADH y nosotros le debemos
obediencia: ya no circulamos en trajes militares ni armados como lo
había pedido, pero no podemos volver a nuestras casas, porque ya la
tenemos: el cuartel es nuestra casa", dijo Joseph.
El vocero afirmó además que los exmilitares no se han rebelado contra el
mandatario ni reciben financiamiento de organización alguna.
Martelly dispuso en noviembre pasado la creación de una comisión civil
que se encargaría de gestionar el restablecimiento del poder militar.
Actualmente los trabajos de seguridad están a cargo de la Misión de las Naciones Unidas para la Estabilización de Haití.