<p style="font-weight: bold;">SANTO DOMINGO, 22 DE MARZO 2012.-El renunciante primer ministro de Haití,
Garry Gonille, dijo no tener razón para decir que todas empresas dominicanas que han
ganado contratos “bajo concurso públicos” hayan violado las leyes haitianas, pero no refiere la situación de los contratos obtenidos sin licitación por tres empresas del senador dominicano Félix Bautista.
"Les toca a las entidades públicas
concernidas por el control de licitación, determinar si en este caso ha habido
una infracción. En este momento no tengo ninguna razón para decir que todas las
empresas dominicanas que han ganado sus contratos bajo concurso público hayan
violado las leyes haitianas y a mi conocimiento muchas de estas empresas han
trabajado y aún siguen trabajando de manera satisfactoria para el país”, indica
en la misiva remitida al Listín Diario.
Desde hace varias semanas se debate en República
Dominicana sobre las contratas obtenidas
por tres empresas del senador Félix Bautista en Haití, los cuales fueron
concedidos sin concursos, como admitiera Jean Max Bellerive, antecesor de
Gonille, y que ha generado un escándalo en uno y otro lado de la isla.
El Primer
Ministro niega en la carta que dispusiera investigar los contratos de empresas
dominicanas con el gobierno haitiano como un acto xenófobo, como aludiera su
antecesor Jean
Max Bellerive.
Garry Conille, defendió su decisión de disponer la
revisión de los contratos suscritos entre el Estado haitiano y empresas
dominicanas.
En la misiva, Gonille desliga a cualquier sector de
uno u otro lado de la isla Española de su decisión de renunciar al cargo de
primer ministro.
Las precisiones del funcionario haitiano ocurren
luego de semana de debate en torno a su renuncia, atribuida a presiones desde
República Dominicana, luego que dispusiera investigar los contratos suscritos
por el Gobierno haitiano y tres empresas del senador dominicano Félix Bautista-
Gonille
expone en la carta que los alegatos externados por quienes critican su
decisión, lo hacen por que “se ven amenazados por algunas medidas
administrativas y financieras de buen gobernar, tomadas por mi gobierno”.
“Frente a esta
oleada de mentiras, que de alguna manera han engañado la sagacidad y la buena
fe de los eminentes periodistas dominicanos, me veo obligado a restablecer la
verdad pervertida por informantes mal honestos para las necesidades de sus
causas indefendibles” sostiene Gonille.
Expone en la misiva
al diario dominicano que condena de manera categórica y perentoria “la elección
de ciertos políticos malintencionados que califican de “eructo xenófobo,
empujado por el odio, y de ataque racista” mi decisión enteramente sana de ver
de nuevo los contratos firmados durante el periodo de urgencia que siguió al
terremoto del 12 de enero del 2010”. Tal afirmación fue hecha en medios dominicanos
por su antecesor Jean Max Bellerive.
Y subraya que las
medida dispuesta por su gobierno corresponde a las reglas universalmente
admitidas de transparencia y de buen gobierno.
“Además, esto se
hizo sin antecedentes y partiendo de la buena fe de todas las partes
concernidas” argumenta Gonille.
Revela que ya
existen conclusiones preliminares de auditorías, “aún son confidenciales” en las
cuales se muestra que las empresas extranjeras no han sido específicamente
designadas como blanco. “Al contrario, se les aconseja firmemente trabajar
conjuntamente con las empresas haitianas”, agrega.
“Para la verdad y
la historia, confirmo para todos que mi decisión de renunciar, ocurrida el 24
de febrero 2012 no fue sugerida, ni solicitada, ni requerida, ni exigida por
nadie, de aquí o de allá. Es y queda siendo una decisión puramente personal,
ligada a puntos de desacuerdo con otros miembros del gobierno acerca de asuntos
que comprometían mis convicciones profundas y sobre valores transcendentales y
perenes, tales como el respeto de las leyes e instituciones republicanas, la
participación a la consolidación de un estado de derecho en Haití, la
administración basada en la buena gobernanza y la obligación del buen
rendimiento”.
<p style="font-weight: bold;">LA CARTA DEL PRIMER MINISTRO ENVIADA AL LISTIN DIARIO
Señor director: En estos
últimos días, la prensa dominicana ha sido objeto de un conjunto de
alegatos y contra verdades encaminadas por sectores que –con, o sin
razón– se ven amenazados por algunas medidas administrativas y
financieras de buen gobernar, tomadas por mi gobierno.
Frente a
esta oleada de mentiras, que de alguna manera han engañado la sagacidad y
la buena fe de los eminentes periodistas dominicanos, me veo obligado a
restablecer la verdad pervertida por informantes mal honestos para las
necesidades de sus causas indefendibles.
Condeno de manera
categórica y perentoria la elección de ciertos políticos
malintencionados que califican de “eructo xenófobo, empujado por el
odio, y de ataque racista” mi decisión enteramente sana de ver de nuevo
los contratos firmados durante el periodo de urgencia que siguió al
terremoto del 12 de enero del 2010.
Esta medida corresponde a las
reglas universalmente admitidas de transparencia y de buen gobierno.
Además, esto se hizo sin antecedentes y partiendo de la buena fe de
todas las partes concernidas.
Como lo confirmarán las conclusiones
del reporte de auditoría preliminar – que aún son confidenciales – las
empresas extranjeras no han sido específicamente designadas como blanco.
Al contrario, se les aconseja firmemente trabajar conjuntamente con las
empresas haitianas.
Les toca a las entidades públicas concernidas
por el control de licitación, determinar si en este caso ha habido una
infracción. En este momento no tengo ninguna razón para decir que todas
las empresas dominicanas que han ganado sus contratos bajo concurso
público hayan violado las leyes haitianas y a mi conocimiento muchas de
estas empresas han trabajado y aún siguen trabajando de manera
satisfactoria para el país.
Para la verdad y la historia, confirmo
para todos que mi decisión de renunciar, ocurrida el 24 de febrero 2012
no fue sugerida, ni solicitada, ni requerida, ni exigida por nadie, de
aquí o de allá. Es y queda siendo una decisión puramente personal,
ligada a puntos de desacuerdo con otros miembros del gobierno acerca de
asuntos que comprometían mis convicciones profundas y sobre valores
transcendentales y perenes, tales como el respeto de las leyes e
instituciones republicanas, la participación a la consolidación de un
estado de derecho en Haití, la administración basada en la buena
gobernanza y la obligación del buen rendimiento.
Le solicito
publicar en su prestigioso periódico en nombre del derecho de responder y
por el respecto a la verdad. Con mi agradecimiento y mi más alta
consideración.
Garry Conille, primer ministro de Haití