<span style="font-weight: bold;">VENTANA: Esos partiditos minúsculos salen a flote por obra y gracia de sumar a
favor de las grandes fuerzas políticas los bajísimos porcentajes obtenidos en
consultas electorales</span>
Aun cuando los minúsculos
partidos que solo “suenan” cuando se alían a una de las dos principales fuerzas
políticas, es una verdad de a puño que a la hora de contar los votos esas
menudencias, que son solo siglas perdidas en el entinglado politiquero, pueden
inclinar la balanza y ser decisivas para que un candidato pueda cantar
victoria.
Veamos estos ejemplos. En las elecciones
congresionales y municipales del 16 de mayo de 2010, de 26 agrupaciones
políticas participantes, de manera individual apenas tres consiguieron una
votación por encima del 5% (PLD con 41.71%, PRD con 38.44 y el PRSC, que quedó
en un lejano tercer lugar, con 6.15%).
Hubo cuatro que pasaron del 1%, pero no
llegaron al 2%. Fueron la APD, con 1.41%; BIS 1.32%; PQDC 1.13%, y MODA 1.40%.
Pero el gran grueso de siglas, 19 en total,
lograron una votación por debajo del 1%. Eso está registrado en el boletín
final de conteo de la Junta Central Electoral, que arrojaba también el dato de
que apenas votó el 56.43% del total de electores.
En unos comicios
congresionales y municipales, como fueron los de mayo de 2010, hay que tener en
cuenta que los apoyos o alianzas no siempre se dan para todas las candidaturas.
Pero en el caso del PLD este se benefició sobremanera para que a fin de cuenta
se alzara con su mayoría aplastante en el Senado, la Cámara Baja y en más de 60 ayuntamientos.
Esos partiditos minúsculos, que para estos
tiempos adquieren una importancia estratégica, salen a flote por obra y gracia
de sumar a favor de las grandes fuerzas políticas los bajísimos porcentajes
obtenidos en consultas electorales.
Y sin siquiera ruborizarse ni
guardar las apariencias se dan a la tarea de cruzar a la acera de enfrente
cuando consideran que la suerte no les favorece con el partido o candidato que,
entienden, no garantiza la victoria electoral.
¿Con qué militancia cuentan
el PAL, Pasove, PDP, PUN, PHD, PTD, PDI, ASD? Si esas siglas, más que entidades
políticas, tienen alguna simpatía entre la población dominicana, pues lo
disimulan muy bien.
Pero, ¿cuál es el aporte
tangible que hacen a la sociedad dominicana? ¿En qué se beneficia la población
de lo que hagan o no hagan esas siglas gastadas? Muy poco. Eso está a la vista
de todos.
Pese a esas dificultades, los llamados
partidos emergentes han demostrado que son “la llave” para que un candidato de
un partido grande se alce en primera vuelta. Pero también podrían ser la
alternativa para que el apoyo brindado se haga realidad en un triunfo en
segunda vuelta.
El PLD, que ha sabido
aquilatar muy bien lo que es saborear el triunfo electoral con ayuda de los
aliados, para las elecciones del 20 de mayo pactó con 13 organizaciones
políticas minoritarias, incluido el PRSC, con miras a buscar la forma de
alzarse con el triunfo en primera vuelta.