En la soledad de mi cama es la primera entrega literaria obra de
Lourdes Batista. El aspecto físico del poemari la imagen de la portada, el
rosado tenue de sus páginas en papel satinado y las gráficas interiores color
sepia, invitan a pensar en una poesía de contenido altamente erótico, escrita
por una mujer a quien el amor y la pasión les brotan desde las entrañas mismas.
De hecho, el titulo es bastante llamativo y provocador.
Pero
al adentrarnos en su lectura advertimos que estamos ante un canto de desahogo y
rabia dirigido a varones desalmados que han dejado desoladas y vacías las camas
de sus amadas o, ante una mujer aparentemente indomable interesada en retratar,
con matices cincelados, los vaivenes y el derrumbe final de una relación
sentimental que la ha deshilachado.
Cuando
un suceso inesperado o indeseado nos enviste al extremo de desinflar nuestros sentimientos,
generalmente los psicólogos y los psiquiatras resultan insuficientes para restaurar
nuestrasneuronas en el tiempo deseado. Cuando
la causa de la afección es un rompimiento amoroso muchos optan por apoyarse en
recursos superiores a los de las ciencias médicas para así despojarse de la
mala vibra, la ansiedad y la depresión.
Ante situaciones
similares, algunos evocan a los espíritus del más allá o elevan una plegaria a
Santa Marta, La Dominadora, para obligar al ser amado a retornar a los brazos
de persona la abandonada. Otros, entre tanto, se refugian en la poesía esperanzados
en que ésta le facilitará el ungüento necesario para sacar a su "corazón"
de duelo y dotarlo de energía renovada. El tono del discurso poético dependerá,
claro está, de cuán dañado haya quedado quien abrace la poesía como medio de
desahogo. Es esa precisamente la decisión de Lourdes Batista: refugiarse en la
poesía para entregarle al lector una radiografía de su vida sentimental y
familiar.
En las
páginas de En la soledad de mi cama habita
una mujer cuyos sentimientos oscilan entre el hedonismo y la frustración. La felicidad,
el placer sexual como máxima recompensa de la vida son palpables en el poema
"Efluvios" (Recorrí tu cuerpo habitado por fantasmas / Inhalé en
perfecta armonía los efluvios de tu alma); Lo mismo sucede en "Reafirmo"
(Reafirmo que mi miedo se convierte en valentía / Cuando en tus brazos
descanso. Y reafirmo que con tu amor la miseria / se convierte en milagro…)
Otro texto donde el goce carnal alimenta la en felicidad es
"Reencuentro" (Mi alma solitaria encontró la tuya / copularon en una
danza divina y eterna… se fundieron y levantaron el vuelo)
Pero
esos destellos de felicidad y regocijo pleno sucumben ante la frustración, la
ansiedady la desesperación presentes en
la mayoría de los textos dellibro.
(Llegamos los dos a un camino sin salida / mi sexo te reclama, estoy perdida /
te busco, no encuentro nada, / sólo puedo ver mis manos vacías), leemos en el
poema "Metus". Frente al espejo, que pocas veces miente, la poeta
confiesa: (Dónde está aquella joven de grandes ojos color promesa, que creía en
la ternura?) No menos angustiada se muestra en "Persecución" (Todos
esos demonios me persiguen en esta noche maldita).
La
frustración quebranta también su estado anímico a tal grado que la poeta "amanece
tumbada en la cama, sin deseos de interactuar con el mundo", o se siente
perdida cuando le falta el amor, la risa, la comprensión del amante que nunca
llega. Incluso, en el poema que titula el libro, la soledad en vez de
esperanzadora, es angustiante y ácida. Sobre todo cuando después de construir
un espacio físico para el deleite carnal y espiritual, la única recompensa que
recibe la protagonista es palpitaciones vacías en la soledad de su cama.
Ciertamente
hay luminosidad lírica, hálito poético en varios giros y construcciones. Se siente
la presencia de una poeta ululando entre las palabras que alimentan la creatividad.
De En la soledad de mi cama celebro
versos como estos:
"Soy un fantasma que no puede ver su silueta
reflejada en el espejo" (16)
"Desde que el primer polvo cósmico surgió
sabia que venias en él"(30)
"La lengua materna nos trajo un sonido que
dice todo en un suspiro" (30)
"Nuestros sexos lo dicen todo, ellos bailan
una danza que reinventa el milagro… (31)
"Los dioses están muy ocupados en sus propios
egoísmos" (34)
"En un solo de guitarra la tierra irá
cubriendo mi rostro" (38)
Pero a
veces la poesía es muy patrañera, bufona, resbaladiza y le gusta ocultarse en
escondites inaccesibles. En ocasiones se torna tan resbaladiza y esquiva que no
logramos, por más que la persigamos y acechemos, atraparla. Cuando adopta esa
postura pocos son los versos brillantes que podemos arrebatarle. Consecuentemente,
se hace opaca, impertinente, discursiva y turbia, como sucede en estos versos:
Ninguna mujer merece ser violada, maltratada,
dañada (17)
Hoy se inicia el comienzo o el final de mi vida,
hoy decreto ser una mujer libre(20)
Las palabras para describir el dolor no existen
(22)
Tengo la sospecha de que ellas son culpable de
este maldito dolor que no se ve (28)
"Trato de encontrar una mano amiga, pero
todas se niegan" (34)
"Camarada, no se asuste cuando le digo que le
amo" (35)
"El amor ha muerto, se encuentra en estado de
putrefacción" 40)
Si certificamos la archiconocida sentencia becqueriana "poesía
eres tú", o la magnanimidad de Platón en cuanto a que "Cuando se
trata de amor todo el mundo se vuelve poeta", los millones de versos desacertados
sobre el amor y el sexo escritos desde Platón hasta el presente quedarían
exentos de cualquier tipo de castigo. Pero si suscribimos a Octavio Paz cuando
asevera que el erotismo es "una metáfora de la sensualidad", muchos
de los textos escritos sobre ese tema sucumbirían automáticamente.
Innecesario
es comprometerse enjuiciando el oficio poético de Lourdes Batista, ella misma
lo hace por y para sus críticos y lectores, cuando dice:
Busco mi voz
en unos versos que garabateo en un blanco papel…
Y no me
encuentro
Busco mi voz…
Y solo
encuentro estas palabras simples, llanas
que quizás no
lleguen a convertirse en esdrújulas
que con el
tejer de las figuras se convertirán en versos
y quizás
darán forma a un poema sencillo.
Esa
dificultad para encontrar la voz poética, producto del escaso manejo de los
recursos técnicos que facilitan la elaboración apropiada de un buen texto
explica, posiblemente, la presencia de cuatro versos similares en tres poemas
distintos. "Amanecí con tu nombre en mis labios" (Metus, 15), "
Hoy amanecí encantadoramente mojada (En la soledad de mi cama, 19), Este día amaneció
inundando mi vida (Recuerdos, 24) Hoy amanecí tumbada en la cama (Recuerdo,
24)
Como
ejercicio inicial En la soledad de mi
cama es un poemario aceptable, con versos luminosos, pero también con versos
oscuros, manidos y truncados. Espero que en su próxima entrega Lourdes Batista
conserve y amplíe la zona luminosa de este primer parto y venza los fantasmas
no la dejaron encontrar totalmente su voz. La poesía y ella lo merecen.