París, 24 abr (PL) François Hollande encara las próximas elecciones
presidenciales francesas con el aval de haber derrotado por primera vez
en la ronda inicial a un presidente que aspira a reelegirse, pero el
camino hacia el Elíseo es aún complicado.
En la jornada del pasado domingo el candidato del Partido Socialista
(PS) obtuvo 28,63 por ciento de los votos válidos, seguido por el actual
mandatario, Nicolás Sarkozy, con 27,18, y ambos volverán a enfrentarse
el 6 de mayo.
Si bien imponerse en las urnas fue un paso importante para influir en el
ánimo de los votantes, nada está decidido y la victoria final la
alcanzará quien logre captar el voto de los restantes partidos y también
el de los indecisos.
"Hemos conseguido el primer objetivo, estar a la cabeza", dijo Hollande,
quien hizo un llamado a reagrupar las fuerzas para lograr la victoria
en la segunda ronda.
Hasta ahora el representante del PS tiene el respaldo del Frente de
Izquierda, quien obtuvo el cuarto lugar en los comicios; del Partido
Europa Ecología Los Verdes y de una parte del Movimiento Demócrata.
Pero aún queda por ver el comportamiento de los simpatizantes del
ultraderechista Frente Nacional, que se ubicó como la tercera fuerza
política del país, con 17,9 puntos.
También es importante motivar a los nueve millones 451 mil personas que
se abstuvieron en la primera vuelta, cifra superior a la de hace cinco
años.
Los comicios tuvieron lugar en un contexto difícil, marcado por la
crisis financiera, el aumento del desempleo y la reducción del poder
adquisitivo.
Hollande ha prometido que -de llegar al Palacio del Elíseo- creará 60
mil puestos de trabajo en educación, impondrá un impuesto del 75 por
ciento a las ganancias superiores al millón de euros anuales y suprimirá
una parte de las exoneraciones fiscales de muchas grandes
corporaciones.
Se propone, además, renegociar el nuevo tratado adoptado en marzo de
este año por 25 de los 27 países de la Unión Europea que prioriza la
austeridad, la disciplina presupuestaria y las sanciones, en vez del
crecimiento.
Por su parte, Sarkozy ha planteado como su principal objetivo lograr el equilibrio de las cuentas del Estado en cuatro años.
"Todas mis proposiciones se articulan alrededor de un objetiv
equilibrar las finanzas públicas en 2016", señaló el candidato de la
Unión por un Movimiento Popular (UMP).
Para lograrlo necesita obtener ingresos adicionales por unos 124 mil
millones de euros, la mayoría de los cuales saldrán del recorte del
gasto social.
Muchos analistas consideran el resultado de los comicios del 22 de abril
como un voto de castigo para el presidente por las políticas seguidas
durante su mandato.
Francia tiene en la actualidad dos millones 870 mil personas
desempleadas y más de un millón de ellas perdieron sus puestos en los
últimos cinco años, es decir, durante el gobierno de la UMP.
En la presente administración se han aplicado polémicas medidas de
ajuste, como el aumento del Impuesto al Valor Agregado, reformas en el
sistema de jubilaciones, reducción de subsidios y recortes de gastos
para seguro médico de los sectores más pobres.
Los problemas económicos han tenido un gran peso durante la campaña
electoral y serán uno de los factores más importantes a la hora de
inclinar la balanza hacia uno u otro candidato en la ronda definitiva de
los comicios, este 6 de mayo.
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